MADRID. No le gusta que la hagan la píldora. "Hay muchísimos jugadores que se merecen los elogios. Porteros, defensas, medios... ¡Si son los que sacaban adelante al equipo!". A Alfredo Di Stéfano le fastidian los futbolistas anuncio, que rentabilizan su imagen, aunque huye de dar nombres. Será porque es de barrio. De Barracas, cerca del puerto La Boca de Buenos Aires. "Mis primeras patadas las di en los exteriores de una fábrica de tejidos sita cerca de mi casa. Los días de fiesta nos concentramos todos los chicos en la calle para jugar. El fútbol es la comida nacional de Argentina y todo el mundo lo practicaba, porque era lo más barato". Estas últimas palabras brotan de ese sentido de humor que le caracteriza, sin necesidad de que las adorne con una carcajada, que la deja para el que le escucha. El Di Stéfano futbolista sería un extemporáneo de este siglo XXI y le desagrada tanta comparación entre Cristiano Ronaldo, espejo del Real Madrid de hoy, y Leo Messi, estandarte del Barcelona y pesadilla madridista. Y tira de socarronería: "El jugador que se crea un fenómeno es tonto. El fútbol es colectivo, no es como el tenis".
Jugó en el River Plate y Millonarios colombiano antes de recalar en la Liga española. Su fichaje por el Madrid, según las crónicas, fue polémico.
Sí, porque el Barcelona quería imponerse, comprar mi licencia del River y perdió.
Y usted prefirió al Madrid.
No, ¡si yo iba a fichar por el Barcelona! No quisieron entenderlo y perdieron una milonga. Vine a jugar un torneo del Cincuentenario del Madrid y, como ocurre casi siempre, se fijan en los que pueden jugar bien... El Barcelona pensó que el River era el dueño de mi licencia y por eso hizo la gestión con River. Les comenté que si no hablaban con Millonarios, no había nada que hacer. El Barcelona perdió como en la guerra, porque no quiso entenderlo, no quiso dar el brazo a torcer al creerse el dueño del cotarro. Por entonces, yo tenía 27 años.
Que no era ningún crío.
Ya había sido campeón con River y Millonarios, y había jugado con Argentina. La edad no es importante. Si vos soy de familia fuerte, irá para adelante. Si es debilucho, se quedará en el camino. Se trata de tener cualidades.
¿Y usted era de familia fuerte?
No era ningún escuálido, si no que era un jugador delgado y rápido.
Defínase con más exactitud como futbolista.
Rápido, efectivo y trabajador. Iba hacia arriba y hacia abajo, creo que tenía mucha resistencia. Por eso le digo que todo depende de quiénes sean los padres, de los genes.
Será por ello que los que le han visto jugar le califican incluso como un futbolista total. ¿Se veía de tal manera?
Tenía que hacer lo que pedía el equipo, ayudar a la defensa y marcar todos los goles posibles. No me entrenaba para perfeccionar, ni nada por el estilo.
¿Detecta algún futbolista actual de lo más parecido al Di Stéfano futbolista?
No sé... Hay grandes jugadores en la Liga española, de enorme categoría, además de que la selección española ha conquistado el título mundial. Es muy complicado hacer comparaciones.
¿Estaríamos ante el mismo Alfredo Di Stéfano si fuera un jugador de la época actual?
Me imagino que sí. En el fútbol el mejor atacante es el portero y el mejor defensor, el extremo izquierdo. Cambiaría técnicamente, pero la idea es la misma.
¿Cuánto pagó el Madrid por usted?
No lo sé, te mantenías al margen del asunto, desconozco cómo estaba el mercado. Vine para dos años y sigo aquí, casi 60 años después.
No llegó a comparecer en un Mundial, la espina que tiene clavada.
No lo pude hacer con Argentina, al no jugar los mundiales de Brasil (1950) y Suiza (1954). Sí viajé con España al de Chile (1962) -una lesión le impidió finalmente participar-, donde jugamos como nunca y perdimos como siempre.
¿Y sonaba alguien del Athletic por aquel entonces en Argentina?
(Leonardo) Cilaurren, que jugó en River (1939-41).
¿No cree que existe mucho mercantilismo y egocentrismo de jugadores?
El jugador que se crea un fenómeno es tonto. El jugador tiene que estar mancomunado con el club, con el entrenador, con sus compañeros... El fútbol es colectivo, no es como el tenis.
Algunos futbolistas hablan más fuera que dentro de los terrenos de juego.
Algunos son mudos y otros se pasan de rosca. Hay que tener un término medio. El fútbol tiene un auge tremendo, con una publicidad escandalosa. Quizá se necesita más compañerismo y amistad.
¿Cómo llevaba la fama en su época dorada de futbolista?
Soy un hombre de barrio y el que nace en un barrio, muere como un hombre de barrio. Cualquier vecino que preguntaba por mí, sabía y sabe dónde encontrarme.
En los últimos tiempos se ha acentuado el bipolarismo entre Real Madrid y Barcelona. ¿Es bueno para el fútbol?
Ahí está el asunto. Si el Athletic formara un grupo de 15 o 20 jugadores de grandísimo nivel, podría estar en la misma misión de Madrid y Barcelona. Sin embargo, tiene seis o siete y no alcanza con esa cifra.
Hace medio siglo se daba el debate: Di Stéfano o Kubala.
Kubala era muy amigo mío y gran persona. Era una jugador de un carácter diferente al mío y extraordinario como compañero.
La FIFA le pone como uno de los cinco mejores del mundo en el siglo XX junto a Maradona, Pelé, Cruyff y Beckenbauer. ¿Quién fue el mejor?
¿Y quién dice que el que manda debe decir quién es el mejor? El mejor es el que da resultado a un club. Unos están haciendo goles y otros, sacándolos. ¿Por qué debe tener más importancia el delantero que el defensor? Se destacan como figuras a los atacantes, cuando hay extraordinarios defensas y medios, que no redundan en el asunto propagandístico, que no se dirige a los que fuerzan la máquina en beneficio del club. Hay algunos que lo pueden hacer y otros, no.
¿Di Stéfano se considera uno de los mejores jugadores de la historia?
Jugaba bien, sí (risas). Jugaba arriba, atrás y lo hice hasta de portero, en un partido con River Plate frente a Boca (Juniors).
¿Cristiano Ronaldo o Leo Messi?
Los dos tienen unas características diferentes. Y los dos son peligrosísimos y sería extraordinario que llegaran a jugar juntos.
¿Cristiano encarna el 'glamour', el lujo, y Messi es un chico que no ha roto un plato?
No me fijo en ningún glamour, ni en cosas ajenas. El fútbol es una pasión que mueve todo. Se trata de la elegancia con la que juega un futbolista, de su calidad, que es lo que hay que valorar.
Messi acaba de conquistar su tercer Balón de Oro consecutivo. ¿Lo cree justo?
Me parece bien, sin más. No lo voy a descubrir como jugador, se desenvuelve con una ligereza y efectividad extraordinarias.
Usted conquistó dos Balones de Oro. ¿Se merecía más?
Lo que hicieron conmigo no tiene valor. Me lo dieron en la segunda edición (1957) y en la primera se lo dieron a Stanley Matthews (legendario jugador inglés en activo hasta los 49 años), que era mayor que yo y que estaba cerca de dejar el fútbol. En la tercera edición no me lo dan porque no se podía conquistar de forma consecutiva, por lo que me otorgaron el segundo premio al año siguiente (1959). No sé si lo hubiera logrado tres años seguidos.
Como argentino, ¿Maradona o Messi?
Prefiero no entrar en cuestiones individuales, sino hablo en clave de equipo, donde he conocido grandes jugadores para el bien colectivo.
¿Cómo se encaja en el entorno madridista que se tilde a este Barça como el mejor equipo del mundo?
Eso lo dicen los sabios de la Prensa. No conozco a ningún entrenador ni a ningún futbolista que diga que es el mejor, porque si lo dice, es una mierda de persona.
¿Cree que Messi se considera el mejor del mundo?
Él no se considera así, sino que es la Prensa la que empuja en ese sentido.
¿No peca Cristiano de un punto egocéntrico?
Es un jugador que tiene un sentimiento formidable del equipo que le ha contratado. El futbolista, en caso del Athletic también, quiere que su equipo se proclame campeón, porque se tiene un espíritu ganador. Cristiano está haciendo partidos sensacionales, al margen de que sus características no son las de Messi, que es más constructor que Cristiano, más pegador.
El Athletic es un club diferente por su filosofía y sentimiento.
Indudablemente. Si uno no tiene sentimiento con su casa o fábrica, está jodido.
¿El perfil de José Mourinho daña la imagen del Real Madrid?
¿Y quién dice eso? No estoy en el cuerpo de Mourinho, pero sí cierto que la Prensa te pone arriba un día y otro, abajo. Una persona que habla no es subnormal, sino que dice las cosas que piensa, que ve, que sufre... Se puede estar de acuerdo o no con ciertas opiniones, pero un entrenador defiende a su club. Es un debate estéril.