Es complicado competir con el campeón de la Champions y el invicto de la Liga F. Ni en el campo, ni en la grada. Pero esta tarde el Athletic ha conseguido hacerlo en fútbol y atención. San Mamés ha vuelto a abrirse para las leonas en lo que el técnico rojiblanco, David Aznar, ha calificado en la previa como “uno de los partidos más atractivos” del fútbol femenino estatal. Y no le falta razón. La Catedral ha recibido de nuevo a un Barcelona que hace ocho meses ganó, precisamente en este espectacular escenario, su tercera Champions en cuatro años; así que no es de extrañar que hubiera alguna camiseta blaugrana entre los 17.698 espectadores que han acudido al partido. Pero a esos, hasta el minuto 90, cuando Alexia ha hecho el primero del Barça, no se les ha escuchado.

Porque el duelo ha comenzado como es costumbre en San Mamés, a ritmo de txalaparta. Y, aunque luego se esperaba que el balón se moviera al son de Aitana Bonmatí y Salma Paralluelo; han sido Ane Azkona, Maite Valero y Clara Pinedo quienes han llevado el calor a la grada. Que en esta ola de frío, hace falta. Han maniatado el centro del campo culé y han introducido la esperanza de la gesta en La Catedral. Entonces un doble palo de Amezaga y Baños ha llevado la locura a la tribuna. Han encedido al estadio rojiblanco, que ha pasado de la incredulidad a la euforia en dos segundos. ¿Se podía ganar al todopoderoso Barça? San Mamés empezaba a creer que sí. Así que se ha puesto las pilas. Ha clamado por un penalti no pitado de Engen a Sara Ortega, ha ovacionado a Vilariño cuando ha obligado a esprintar a Cata Coll y se ha desesperado por los constantes fueras de juego que le pitaban a las leonas. Al descanso, callos en las manos de tanto aplaudir. Claro que se podía ganar al Barça.

El técnico catalán, Pere Romeu, no lo veía nada claro. Así que ha sacado la artillería pesada: Irene Paredes y Alexia Putellas. Cuatro Balones de Oro en un San Mamés que ha aclamado las sustituciones. Porque en Bilbao se sabe de fútbol. El Athletic se ha echado instintivamente atrás y las casi 20.000 personas se han contagiado, tomándose un momento de descanso. Pero una cabalgada de la incombustible Sara Ortega por el carril zurdo y un disparo de Pinedo que casi se cuela en la portería blaugrana han afincado de nuevo en la grada la ilusión de los tres puntos. Porque este Athletic es joven, atrevido y sin miedo al éxito, definición que también ha encajado en el público que ha acudido a San Mamés. Sin embargo, Putellas primero y Vicky cuatro minutos después han despertado a los seguidores rojiblancos de un sueño que ha estado a punto de presenciar. Con todo, esta tarde 17.698 personas se han marchado de San Mamés siendo un poco más del Athletic. Queriendo ser menos como Aitana y Alexia; y más como Azkona, Maddi y Nanclares. Porque ni el Athletic se ha merecido perder, ni La Catedral se ha merecido la derrota.

Real Sociedad y Real Madrid

Precisamente ha sido la guardameta Adriana Nanclares una de las que más ha agradecido a la afición su calor: “Este resultado es principalmente gracias a ellos. Nos hemos sentido súper arropadas por toda la gente y por eso hemos hecho un partidazo, así que les invito también a los partidos contra la Real Sociedad (el fin de semana del 16 de febrero) y contra el Real Madrid (el fin de semana del 2 de marzo) porque les necesitamos”.