Diez temporadas en el Athletic…

—Se me ha hecho muy corto, porque hace como quién dice dos días éramos nosotras las jóvenes. En la vida y en el deporte las cosas van muy rápido y ahora nos toca ser las veteranas. Hemos disfrutado de una trayectoria preciosa y la posibilidad de cumplir nuestros sueños de la infancia.

Parece que hay relevo generacional.

—Toca pasar el testigo a una nueva generación que viene pisando muy fuerte. Es muy talentosa y muy trabajadora. Queremos cerrar esta etapa lo mejor posible. Con una victoria y que sea una celebración por nuestra carrera.

¿A Garazi también le han influido sus últimas lesiones?

—Es verdad que mis últimas temporadas han sido muy duras, con una lesión de espalda que me ha impedido jugar. Por suerte, he podido recuperarme. La recuperación ha sido dura y larga, el equipo sigue adelante, yo he sentido que tras mi vuelta las cosas no han sido lo mismo, tampoco he tenido oportunidad de participar y, valorando en general toda mi situación, era el momento adecuado de dejar mi lugar a otras jóvenes jugadoras que vienen haciéndolo muy bien. Y ahora les toca a ellas disfrutar de sus carreras.

¿El mejor recuerdo que se lleva?

—Sin ningún lugar a dudas, el título de liga que pudimos brindar al club y a la afición. Lo cierto es que fue una liga preciosa, durísima y muy esperada y deseada por las veteranas que estaban entonces en el equipo, que llevaban años trabajando duro quedándose con la miel en los labios. La celebración estuvo a la altura de la hazaña que fue.

Será complicado repetirlo.

—El fútbol femenino ha evolucionado muchísimo. Ganar cualquier título es muy difícil, pero este equipo tiene talento y mimbres para soñar con cotas muy altas. Esta temporada hemos hecho una buena temporada, hemos jugado un buen fútbol, pero creo que el equipo tiene mucho margen de crecimiento, porque son jugadoras muy jóvenes y hay que soñar con volver a levantar un título.