El sábado grande de Aste Nagusia empieza a ser uno de los días más esperados del año. ¿Por la pirotecnia, el teatro, los conciertos, los toros, los herri kirolak o la chufla nocturna? Seguro. Pero lo imperdible es la entrega de los premios Acrósticos de la Asociación Artística Vizcaína (AAV).
Ojo, que los acrósticos que escriben y declaman sus autores son de gran mérito y exigen talento; en este caso los de Fernando Zamora, Lydia Martín Acosta y Jere García Cerveró. Las personalidades que los reciben, como en el caso que nos ocupa, son siempre de enorme nivel. Y acude la máxima representación municipal. E invitadas e invitados ilustres.
Pero lo extraordinario empieza a acontecer cuando José Ramón Pérez El Emérito, expresidente de AAV, se cala las gafas y agarra el guion ante el micro. A su lado, el ingenio y el verbo ágil de un fenómeno de la comunicación como Joseba Solozabal. El show improvisado alcanza la altura de Martes y Trece.
A mediodía de ayer hubo que poner varias filas extra de asientos en el atestado foyer del Arriaga. Normal. Pérez confesó que había sido novio de Lina Morgan a sus 18 años, cuando ella tenía 27. Solozabal replicó que él pensaba seguir manteniendo en secreto lo suyo con Brad Pitt. Y de ahí para arriba. Maravillosos.
Recibió su acróstico la sensacional actriz, cantante y bailarina vizcaina, Amaia Vargas. Que se emocionó de verdad, afirmó que era el primer premio que recibía en su vida y terminó gritando un “viva a la cultura”. Tenía delante a la familia, a sus compañeros de Pijama para 6, Gabino Diego, Jesús Cisneros, Isabel Gaudí y Sabrina Prada, y a más.
El cantante y bailarín bilbaino, integrante del elenco de Los pilares de la tierra, Ernesto Santos, al borde de las lágrimas, recordó, a la hora de agradecer el galardón, a quien siempre le había apoyado: su padre. En el público, entre otros allegados, su madre, Elena Cuenca; sus tías, Feli Santos y Pepi Cuenca; y su hermano Iker. Así como sus compañeras Elena González y Ruth García.
El tercer acróstico, por su bilbainismo militante, fue para el propio Joseba Solozabal, presentador habitual de un acto que cumple 29 ediciones. Lo agradeció de corazón.
El presidente de la AAV, Gabriel Rodrigo, entregó los mil euros de la recaudación de un concierto benéfico a la Asociación Síndrome CTNNB1, una enfermedad genética que afecta a una de cada 50.000 personas. Tomó el cheque simbólico la presidenta de la entidad, Estíbaliz Martín. “Cada céntimo será bien gastado”, aseguró. Y adelantó que contarán con un tratamiento en 2026.
La teniente de alcalde Nora Abete recibió uno de los grabados realizados por García Ergüin con el logo de la AAV “por la colaboración municipal” con la entidad. Cerró el acto el alcalde, Juan Mari Aburto, que transmitió “el cariño de todo Bilbao” a los protagonistas.
Colaboró en el acto Marino Montero. Acudieron, entre otras muchas personas, José Antonio Nielfa, Amagoia y Asier Loroño, de la Orquesta Sinfónica de Acordeones; Iñaki Basabe, Patxi Herranz, Jose Mari Amantes, Alvaro Díaz de Lezana, Yolanda Aberasturi o Francisca Nieto.
Por otra parte, la Asociación Scooteros Ruteros de Bizkaia, que pilota el deustoarra Iñaki Arce, llevó a cabo ayer su quinta quedada de Aste Nagusia. Más de 40 escúters con casi 60 personas en los vetustos asientos se citaron en San Mamés para visitar la estación de bombeo de Elorrieta. “La primera de la pensínsula”, en palabras de Arce. Pararon después en distintos locales y terminaron comiendo en Gogorregi. Llevaban casco, por ejemplo, Alix Gartzia, Amaya Asencor, Alejandro Fernández de Mendiola, Pedro Olabarrieta, Alex Irusta, Pedro González o Kimets Fernández. En Gogorregi coincidieron con la animada despedida de soltera de la leioarra Leire Amezaga. Iba de Mari Jaia.