Durante Aste Nagusia, los taxistas experimentan algunos cambios en su rutina laboral y, lo que cualquier otro día del año es un trayecto normal y corriente, se convierte en una odisea. Hablamos sobre ello con Borja Musons, presidente de la Asociación de Taxistas de Bilbao y quien trabaja al volante de un Tesla recorriendo la villa de Bilbao.

Las fiestas alteran su vida de taxista y ello implica lidiar con algunos inconvenientes, como los cortes de tráfico, habituales en estas fechas. “Nuestro mayor problema en fiestas es que muchas calles están cortadas al tráfico rodado por los diferentes eventos, y eso nos provoca dificultades para poder circular con normalidad. Por ejemplo, el domingo pasado, debido al desfile de la Ballena, fue horrible”, relata. El taxista también menciona que en un día normal puede tener “entre veinte y treinta clientes”, una cifra similar a lo que suele tener durante el resto del año. 

Durante los nueve días de fiesta, las preferencias de los clientes se alteran y el servicio habitual se transforma en uno que prioriza el ocio, ya que muchos usan este transporte para disfrutar de las fiestas. Musons asegura que “la gran mayoría de los traslados, entre el 90 y 95%, son dentro de Bilbao” y que “es raro realizar servicios fuera de la ciudad durante estas fechas”.

Robarle el móvil

Además, destaca que hay muchas personas que normalmente no son clientes del servicio pero en estas fechas tan señaladas hacen uso de él, principalmente para acudir a las distintas actividades que ofrecen las fiestas. Por otro lado, mientras la ciudad está inmersa en un ambiente festivo, los amigos de lo ajeno hacen de las suyas, y esto provoca que los taxistas no puedan ejercer su profesión con total normalidad. “A un compañero le robaron el móvil y no pudo seguir trabajando porque le quitaron una de sus herramientas de trabajo”, relata.

Te puede interesar:

Musons también menciona que algún cliente se ha quejado de haber sufrido robos durante los trayectos, pero el gremio también tiene que lidiar con otros inconvenientes como los usuarios borrachos. “Yo no hago noches, que es cuando más hay. Por la mañana hay muy pocos, pero a algunos compañeros, por desgracia, les ha tocado sufrirlo”, menciona. 

Aun así, según Musons, “el ambiente es de relativa calma, aunque hoy (por ayer) al ser viernes a lo mejor hay más movimiento”. Los taxis cumplen su papel de pilar esencial en la movilidad de Aste Nagusia en el ir y venir de la gente.