Mañana frenética la vivida este lunes en Bilbao. Tras nueve intensos días con sus correspondientes noches de fiesta, la ciudad recupera la normalidad. Cada rincón de la ciudad se ha transformado para albergar cientos de actividades en Aste Nagusia y ahora es el momento de retirar todas las estructuras, los baños, las vallas...

Así las cosas, el El Arenal –es decir, el centro neurálgico de la fiesta– recupera poco a poco la normalidad con el desmontaje de las estructuras que han albergado en Aste Nagusia, las txosnas, así como los escenarios por los que han pasado los conciertos y actuaciones gratuitos programadas por el Ayuntamiento de Bilbao.

Y al décimo día llegó la calma

Desde primeras horas de la mañana operarios y responsables de las diferentes comparsas han trabajado a destajo en la retirada de las estructuras para dejar libre el espacio ocupado. "Hay bajón, porque decimos adiós a la semana más esperada del año, pero ayer hicimos un fiestón en el inicio del desmontaje", cuenta Edu Zubiaur, comparsero de Zaratas.

Y es que el desmantelado de esa ciudad efímera que se yergue año tras año en este enclave de las Siete Calles suele comenzar cuando Marijaia todavía no ha ardido. "Ayer lo empaquetamos todo y creo que para las cinco de la tarde estará todo hecho", apunta Zubiaur, quien también valora de manera muy positiva la edición de Aste Nagusia que acaba de concluir: "Hemos sido una piña. Se ha trabajado mucho, pero muy a gusto y, en ese sentido, la valoración es inmejorable".

Admite, eso sí, que el inicio de la semana más grande de Bilbao se ha solapado con la celebración de las fiestas "de otros pueblos importantes" de Bizkaia como Portugalete. Y eso ha repercutido en la afluencia de público festivo. "Se ha notado", admite, "en la gente y en la caja, obviamente", apostilla.

Las agresiones, el ingrediente que amarga la fiesta

Las agresiones son una de las pocas manchas que ennegrecen la fotografía final, apunta Zubiaur, aunque según éste el protocolo activado por Bilboko Konpartsak al inicio de las fiestas ha funcionado bien. Paul Muñecas (Mekauen) coincide con el comparsero. "Ha habido tensiones con la Policía Municipal por el trato dado a los manteros, que no nos gusta", lamenta el miembro de Mekauen. Apunta, asimismo, que las comparsas no han detectado agresiones que revistan gravedad. "Evidentemente, ha habido actitudes que no nos han gustado, pero el protocolo ha funcionado", asegura.

Aquí se aprovecha todo

Según avanza el trabajo de desmontaje, se empiezan a apreciar el mecanotubo que sostiene estos ejemplos de arquitectura efímera que son las txosnas, hasta ahora profusamente decoradas. "Da pena, porque lo que veis aquí es el resultado de un año de trabajo", admite Laura Fernández, comparsera de Txinparta.

El fruto de tanto curro se empaqueta (cuando se puede) o se tira (cuando no queda más remedio) en un único día. "Estamos agotadas", reconoce Fernández, "pero muy felices. Este es el primer año que hemos montado la txosna y estamos muy, muy satisfechas", apostilla.

A partir de mañana, El Arenal vuelve a abrirse al tráfico y las 27 líneas de Bilbobus que han sufrido algún cambio volverán a recuperar su ruta.