Con la quema de Marijaia, que puso fin a una edición de Aste Nagusia de récord, comenzó una cuenta atrás que está a punto de llegar a su fin. Cada grano que se desprende del reloj de arena es un segundo menos que las y los bilbainos tienen que esperar para volver a vivir un nuevo txupinazo. A dos semanas de que la expectación sea máxima en los aledaños del Teatro Arriaga, Bilbao ultima los preparativos vislumbrando la fiesta en el horizonte.

En una Aste Nagusia en la que todo está organizado al detalle, hay una incógnita que no se resolverá hasta última hora, el tiempo es la única cuestión que no tiene respuesta. ¿Se volverán a visualizar en los termómetros temperaturas de hasta 47 grados como las que se vivieron el año pasado? La previsión a dos semanas de la fecha, que se modificará a medida que se vaya acercando el día, prevé una Aste Nagusia en el que las temperaturas serán similares a los primeros días de agosto, con una media de 25 grados. Por otro lado, el resto de preparativos cuenta con dos semanas para ultimar los detalles y estar listo para el txupinazo del sábado 17 de agosto.

A la programación ya cerrada para las fiestas -agenda cultural, actividades diarias, conciertos, etcétera- se suman las instalaciones de calle que se iniciarán en los próximos días para que todo esté preparado para el comienzo de Aste Nagusia. A partir del lunes, según anunció ayer el Ayuntamiento de Bilbao, los chorros del Museo Guggenheim se cerrarán al público hasta, aproximadamente, el 30 de agosto, para la “colocación del escenario para los conciertos” que se desarrollarán en las inmediaciones de la pinacoteca.

A partir del viernes, 9 de agosto, el ambiente festivo aumentará de manera muy veloz. Desde las 9.00 horas se permitirá llevar a cabo las labores de montaje de las 37 txosnas autorizadas por el Consistorio en el entorno del Arenal y el Teatro Arriaga, llegando hasta el puente del Ayuntamiento. Al mismo tiempo, se procederá a la instalación de 21 puestos de artesanía en el Campo Volantín. También habrá 10 puestos de venta de globos: dos en Doña Casilda, dos en el parque Etxebarria, dos en el puente de la Casa Consistorial, dos en el puente del Arenal, uno en la plaza Circular y el décimo estará en la plaza de San Nicolás. Para completar las instalaciones a pie de calle, seis food trucks llegarán a la villa: dos aparcarán en el parque Europa, dos en el Txikigune, uno en el paseo de Uribitarte y otro en el puente del Ayuntamiento.

“Trabajo a destajo” La hostelería de la villa también se prepara para la cita. El presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez, puntualizó que la actividad hostelera se concentra desde el recinto festivo “hasta la Plaza Moyúa”. En este sentido, matizó que esa es “la hostelería que tiene nueve días de trabajo a destajo”. De hecho, de las 90 terrazas estivales autorizadas para su colocación por el Consistorio, 81 se concentran en Abando y 70 de ellas ya están en marcha desde este jueves. Una cifra similar al número de locales que ampliaron sus límites durante el mes de agosto de 2023. “No hay una preparación ni mayor ni menor, en la línea de lo que viene a ser una Aste Nagusia normal”, añadió Sánchez.

Las provisiones con las que los establecimientos se hacen para no quedarse sin género durante los nueve días festivos las encargarán “en la semana previa”. El presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia explicó que “hoy en día no es como antes”, haciendo referencia a los intervalos de tiempo con los que los proveedores abastecen a los locales. “Ahora te sirven todos los días”, apostilló.

En cuanto se culminen los preparativos pendientes, la capital vizcaina estará lista para vivir una nueva edición de Aste Nagusia.

Cuenta atrás

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En dos semanas, la expectación por vivir una nueva Aste Nagusia se palpará desde el momento del txupinazo en los aledaños del Teatro Arriaga. Ahí se dará comienzo a nueve días de fiesta que las y los bilbainos vislumbran desde ya en el horizonte.