La corrida de ayer

  • Ganadería.Toros de Victoriano del Río, con buena presencia y variado juego en el último tercio.
  • El Juli, de verde oliva y oro. Dos pinchazos, media, siete descabellos (silencio). Pinchazo, estocada (oreja).
  • Paco Ureña, de salmón salvaje y oro. Media trasera ycuatro descabellos (saludos). Seis pinchazos y estocada (saludos).
  • Roca Rey, de grosella y azabache. Estocada defectuosa (silencio): Pinchazo, aviso, media honda y caída (petición y ovación)


Se rasgan los velos del cielo cárdeno de Bilbao y cae la amenza que se veía oscurecerse allá por el horizonte: una lluvia fina primero y gorda –de goterón por momentos–, después, mientras Julián López, El Juli, se descalza, tira a la arena su estoque de madera y viaja en el tiempo con el alma desnuda. Sabe hacia donde va. Toma rumbo hacia de una de tantas tardes que le consagraron como uno de esos toreros de Bilbao que de cuando en vez se consagran en Vista Alegre. “Hoy torea El Juli”, llego a decirse, como si fuese suficiente. Y cuando El Juli toreaba con el corazón en un puño Bilbao sabía que sí, que aquel era su chico maravillas.

Ha cruzado mucha ría bajo los puentes de Bilbao durante los 25 años transcurridos desde aquella primera vez. Han llovido tantas tardes... Ayer volvió a hacerlo y la silueta de El Juli, recorta tras la cortina de agua que cayó justo a su hora en punto, parecía un fantasma de otros tiempos. Qué va. Era real. Sedicioso se llamaba el toro y acudía a los engaños con prestanza y prontitud, como si él también tuviese una cita con la gloria, con unas tradicionales tardes de El Juli que tanto se han vivido. El toro fue amigo cómplice de la última faena del madrileño en Bilbao y embistió con clase, bondad y repetición. Julián parecía un niño en la arena, jugándole al toro con inspiración; parecía un catedrático, con ese toreo ligado, profundo y rotundo, sobre todo al natural, sabiéndole sacar al manso pasos de bravo mientras caía el agua. Tantas y tantas veces se ha vivido esto en Vista Alegre que los olés sonaban sentimentales. Pena de que acero se tornase en plomo y la estocada solo llegase a la segunda.

Se habla y mucho de que Roca Rey es el heredero de Julián en corazón del Bilbao taurino. El coronel del Perú llegó con la intención de reacer el cuadro del pasado año: torear como si uno se dejase la vida en el ello para sortear la guadaña con habilidad y artes. Para ello dejó crudo a Ebanista, un toro de Cortés (el resto de Victoriano del río no sacaron tan malas pulgas...) y a un paso estuvo el toro de comérselo a él,”a dentelladas secas y calientes”, que diría el poeta. Viéndole un punto sobrepasada Bilbao entró en dudas. ¿Será él?, se preguntaba. Entretanto, Paco Ureña iba cruzándose por el camino cono un toreo sencillo y llano, uno de esos toreos de campo que tanto asombran en la ciudad. Le faltó, quizás, ver cuál era el momento de cada paso. Un punto de clarividencia.

En la última hora, en el tiempo en el que debía defender el legado al que aspira, Roca Rey quiso empezar la faena a larga ditancia con un pase cambiado por la espalda. Acostumbra a hacerlo pero a Airoso no le hizo gracia el chiste. El toro renegaba al arranque y el hombre de Perú hubo de acercarse paso a paso hasta que se produjo el desenlace y la descacha. El animal le zancadilleó como si fuese un central de segunda y Roca quedó a su merced. El siguiente muletazo se lo pego de rodillas y todo eran incertidumbres hasta que Andrés decidió meterse en el sueño y deshacer las nubes negras de la pesadilla. Se lanzó entonces a por el toro con media muleta rebozándose en la arena. Macizo. Toreándole al toro en los sótanos, por abajo. No era un toro dócil de mazapám. Pedía el carné y medía con ese punto del “ya no me interesas y me voy “que tanto jode. Buscó entonces Roca las cercanías y Vista Alegre le jaleaba. La espada le tembló entonces a Andrés en la mano, como si aún estuviese tierno. Como si aún no estuviese listo para ser nombrado el descendiente.

La corrida de hoy

  • Ganadería. Los Toros de Dolores Aguirre, rebozados con el picante de la piparra, se celebran siempre en Bilbao como si fuesen unos de los nuestros, que lo son.
  • Antonio Ferrera. Un torero que acostumbra a agitar la tarde con banderillas y valor partizano abre la corrida de hoy
  • Domingo López Chaves. El diestro salmantino afronta este domingo en Bilbao su última cita de primera categoría. Se entregará de lo lindo.
  • Damián Castaño. Su rectitud y valor le abren paso en los conocidos como carteles duros.