Subir hasta el parque Etxebarria de Bilbao siempre ha sido duro, pero hacerlo empujando una silla con una niña de casi ocho kilos sentada en ella lo hace todavía más cansado. Normalmente siempre he subido por las escaleras, pero ayer, nos tocó subir por la cuesta para poder llevar el carro y, de verdad, que ya he hecho ejercicio para todo el mes. Una vez llegados arriba, un aita con dos niños nos avisó de que “es mejor subir en el ascensor”. Este ya no tenía la L, eran un aita experimentado y con la chistera llena de truquillos. Ni se nos había ocurrido la opción del ascensor, tantos años subiendo desde la plaza del Gas que ni te planteas que pueda haber otro camino. Para el año que viene, txikitruco para nosotros.

Cuando llegamos arriba, recuperamos fuerzas bebiendo agua en la fuente de la entrada del parque. Una vez allí, con un sol de justicia, decidimos pasear por el recinto ferial. Como Martina no aguanta ni un solo minuto con un gorro, tuvimos que abrir la capota del carro para que el sol no le diera de pleno, porque no hay ni una sola sombra en toda la zona de barracas. Eso sí, tener la capota echada le dificultaba poder ver todo que había alrededor. Así que adivinen. Efectivamente, llanto al canto. Así que en brazos y a buscar una sombra. La encontramos frente a uno de los bingos colocados en el parque y aprovechamos para jugar unos cartones. Mala idea con un bebé en brazos que intenta constantemente coger el cartón y quitar todos los numeritos.

La encuesta del día: ¿Qué tal se lo pasan en las barracas las amatxus y los aitatxus?

La encuesta del día: ¿Qué tal se lo pasan en las barracas las amatxus y los aitatxus? Borja Guerrero | Yaiza Arrizabalaga

Aunque las barracas ocupan prácticamente todo el parque Etxebarria, las atracciones dejan un espacio muy amplio para poder pasear con el carrito de los txikis. Sin embargo, hay que controlar las horas ya que a partir de las siete de la tarde no cabe ni un alfiler, lo que dificulta andar con niños por la zona.

Tres de setenta y tres

De entre las 73 atracciones que se han instalado en el parque Etxebarria, solamente en tres pueden montar los aitas y amas con los más txikis. Una de ellas es una pequeña noria y las otras dos, unos tiovivos con todo tipo de automóviles y animales en los que montarse. Optamos por una de estas últimas y Martina se montó en una carroza en la que se le podía atar con unos cinturones y en la que podíamos ir a su lado. Tres euros de atracción para que Martina ni se inmutase. Y es que de lo que estaba en mi cabeza que iba a pasar, a lo que pasó, hubo un abismo; porque no pasó nada. Ni lloró ni se emocionó. Solamente le hizo botar del asiento la música de la atracción, cosa que también hubiera pasado desde fuera sentada en su carrito.

Lo + de las barracas

El espacio. Acudiendo antes de las siete de la tarde, hay espacio suficiente para pasear por la zona y que los pequeños disfruten de la música de las atracciones.

Lo – de las barracas

Sin sombras. Cuando el sol pega de pleno, no hay sombra donde resguardarse si hay que esperar a montar en alguna atracción, lo que dificulta la estancia con los más txikis.

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El resto de atracciones infantiles estaban llenas de niñas y niños que pedían “una más”, ellos sí disfrutaban de la tarde en las barracas, no sé si sus padres tanto. Nosotros, en cambio, no disfrutábamos ni unos ni otros, porque no podíamos hacer cosas de mayores como montarnos en las atracciones de adultos o jugar en las tómbolas sin que Martina quisiese coger todas las papeletas, y ella tampoco disfrutaba con las cosas para su edad. Mirándolo por el lado bueno, ese dinero que nos ahorramos este año, porque la próxima Aste Nagusia, será otro cantar.

En general Martina se lo pasó bien, pero se lo podía haber pasado igual paseando por la Gran Vía con la música puesta desde el móvil. Por lo tanto, las barracas las dejaremos para los próximos años en los que, seguramente, no será suficiente con una atracción. Habrá que ir al circo, sacar peluches en los brazos mecánicos y montar en las atracciones que para entonces, serán más de tres. Voy preparando la cartera.