Bilbao luce espectacular. La villa será variopinta para algunos, pero la urbe luce irreconocible en estas fechas con el inmenso recinto festivo de Aste Nagusia ubicado en las inmediaciones de El Arenal y la ría. Un circuito infinito de pintorescas txosnas ofrecen un decorado multicolor que no dista de los más importantes festivales de música internacionales.

Con una diferencia, la pintura que encarna las paredes de los turbulentos edificios que se encargan de animar la fiesta cuenta con personalidad bilbaina. Un carácter que ha hecho que la paleta interminable de colores comparta un tinte en común: el recuerdo de las gran riada que acechó a esta semana hace 40 años.

A pesar del ambiente festivo que recuerda al carnaval, los muros de la fiesta transmiten el amargo recuerdo “lo hacemos por las generaciones jóvenes. No queremos que quede en el olvido. Fue un suceso histórico que afectó a muchos, pero que sirvió para crear un sentimiento de unión y de hospitalidad. Sacó lo mejor de Bilbao” , aclara Gontzal Coria, miembro de la comparsa Trikimailu desde su constitución hace más de nueve años.

Este bilbaino del barrio de San Ignacio ha pasado los 15 días de vacaciones en Asturias dibujando y coloreando parte del vistoso decorado de la txosna de Trikimailu que ilustra las inundaciones desde la divertida mirada del popular filme Regreso al futuro. “Queríamos hacerlo así, para que llamase la atención. Lo más complicado ha sido dibujar el Delorean, al que le hemos añadido un neón, y el Ayuntamiento. Los dos se unen con un cable como en la popular escena de la película.”, añade.

La noche del sábado fue plácida para Gontzal Coria, quien, junto a los demás comparseros disfrutaban de la reacción de los visitantes a su puesto festivo. El icónico reloj con tres fechas al igual que en la película y las imágenes al estilo polaroid de la riada captó la atención de los cientos de visitantes dispuestos a pasárselo bien. También, una pantalla con la que se podía interctuar por medio de redes sociales advertía con gran contraste frente a las añosas fotos.

Trikimailu vivió una noche de elogios por sus adornos Oskar González

El bilbaino vivió la tragedia con tan solo 10 años, pero el rastro y la huella del recuerdo sigue vigente. “Recuerdo que fue un disgusto para mucha gente. Hoy en día con la tecnología no hubiera sido igual, pero en aquella época la incomunicación era absoluta. No había ni agua potable ni luz”, explica.

Todos por la causa

En general, no ha habido txosna que se haya resignado a mencionar las inundaciones del año 1983. Por ejemplo, la tradicional Moskotarrak luce una treintena de paraguas en su cubierta. También, la comparsa de Uribarri muestra un paredón con una impactante imagen que, aunque los más jóvenes no pudieron vivirlo, ahora podrán guardarlo en su retina.

Txinbotarrak cuenta con gran mural donde se ilustra una calle destrozada por el paso del agua, Eguzkizaleak un fuerte oleaje y Satorrak a Marijaia entre el barrizal. En definitiva, todos han querido mostrar su compasión en el 40º aniversario de la riada.

El decorado con Marijaia ahogada en el barrizal Oskar González

Los atavíos de cada txosna reflejan la personalidad de las diferentes comparsas y enriquece enormemente la naturaleza de la fiesta. Una fiesta única. No obstante, el gran aluvión no ha sido el único homenaje de estas fiestas. Cada comparsa tiene su propio ambiente y es un escaparate donde brilla la personalidad de cada grupo.

La popular Pinpilinpauxa es un claro ejemplo. Miles de bilbainos disfrutan de la purpurina como elemento de unión de esa barra. En cambio, Aixeberri cuenta con un gran escenario donde el rock suele estar presentes juntos a grandes aficionados al género.

Decoración de las txosnas de Aste Nagusia de Bilbao 2023 Oskar González

Una curiosidad que poca gente recuerda. La famosa riada vino acompañada por dos ligas y una copa del Athletic. Si por lo que sea la próxima noche de fiestas llueve mucho, quizás debamos ir a la comparsa Irrintzi. A ver si hay suerte.

Si no, solamente queda seguir disfrutando de las fiestas para que cuando recordemos estás fechas, dentro de cuarenta años, nos venga a la cabeza una gran inundación de recuerdos bonitos y alegrías. Gora Marijaia!