Las barracas, todo un imprescindible de Aste Nagusia, ya han tomado el Parque Etxebarria. Con la chimenea enladrillada como testigo, este lunes los y las feriantes han comenzado el montaje de las atracciones que transformarán este pulmón verde de Bilbao en una mastodóntica urbe de la adrenalina. 

Eso sí, este año las entradas para disfrutar de la ciudad de la fiesta serán más caras. “La subida de precios nos ha afectado. Ha subido el azúcar, ha subido el gasoil… todo es más caro. También tengo un remolque de dulces y, ¡uf!, ¡vete a comprar las gominolas!, ¡que están por las nubes!”, reconoce Javier Ruiz, cuya familia lleva cerca de cuatro décadas en el gremio. 

Así las cosas, los tiques para montarse en las barracas de Atracciones Hermanos Ruiz costarán tres euros en vez de dos y medio, que ha sido el precio que han tratado de mantener hasta ahora. “Llevábamos varios años con un precio módico, pero hemos tenido que subir el precio”, expone. 

EL APUNTE: FECHAS Y PRECIOS

Las atracciones que harán las delicias de grandes y pequeños en Aste Nagusia ya empienzan a cobrar forma en los correspondientes espacios asignados. Será este 11 de agosto a las 17.00 horas cuando se pongan en marcha, pero no será hasta el día 18 de agosto cuando el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, realice la inauguración oficial.

El Ayuntamiento de Bilbao ha establecido, para esta Aste Nagusia 2023, unos precios máximos de 3,50 euros para las atracciones de adultos y 3 euros para las infantiles durante los días festivos. Fuera de esas fechas, los tiques costarán 3 y 2,50 euros, respectivamente. En las churrerías –seis en Etxebarria y una séptima en El Arenal– se ha fijado un precio de 5 euros para la docena de churros, 50 céntimos menos antes y después de Aste Nagusia.

Por otro lado, pide a los bilbainos que sean comprensivos y que entiendan el coste de mantener una atracción a pleno rendimiento durante toda la temporada estival. Sin embargo, también apunta que las de Bilbao son unas fiestas muy importantes para ellos. Son unas fechas marcadas en rojo en el calendario de los barraqueros por la gran afluencia de clientes: “Se factura muy, muy bien y es muy tranquilita”, zanja. 

Agosti Ortega, gerente de la Tómbola Antojitos, suscribe cada una de sus palabras. “Es una de las mejores ferias del Estado. Es especial porque el público se vuelca todos los días y disfruta a tope”, dice. Al contrario que Ruíz, él no se ha visto en la tesitura de tener que subir el precio. “Está establecido, es el de siempre, pero la subida de la luz nos afecta, por supuesto”, asevera.

No obstante, entiende que los compañeros de profesión hayan tenido que encarecer los tiques. Alega que “no hay un sólo sector” al que no le haya afectado el incremento de los costes. Además, también señala que ellos viven fuera de casa durante la práctica totalidad del verano y que, por eso, sus gastos personales también se incrementan.

El circo 'se muda' al otro extremo del parque

Mientras Agosti y los suyos colocan los coloridos peluches que Bilbao se llevará a casa, la enorme carpa del Circo Timberlick ya se levanta en el parque, aunque en una ubicación diferente a la de siempre. 

El espacio donde hasta la pasada Aste Nagusia se montaba el circo, además de otras atracciones tan populares como la casa de Mr. Bean, aloja ahora un lago con una zona de recreo. Por eso, el Ayuntamiento de Bilbao ha movido su ubicación al extremo noreste de Etxebarria, justo donde el año pasado se levantaba la montaña rusa El Ratón Vacilón. 

Xandre Vázquez, director del espectáculo, valora el cambio de manera positiva, aunque reconoce algunas reticencias. “A nivel de comodidad y de practicidad el otro espacio era una fantasía. Era infinitamente más grande y nivelado –el emplazamiento actual de la carpa tiene que salvar una pequeña pendiente– y con mejor visión”, lamenta. Ahora, entiende que el consistorio haya decidido acometer una reforma en esa zona. 

Además, también considera que el circo en Bilbao es una tradición. “La gente vendrá, esté donde esté”, afirma. Confía en el poder de atracción y de convocatoria de su propuesta artística, inspirada en las vertiginosas acrobacias del Circo del Sol. 

La caseta de globos en la que trabaja Fiti Hamhami continúa donde siempre, en el acceso al parque por la rotonda en la que desemboca la Calle Amadeo Deprit. Al igual que el resto de los feriantes consultados por este periódico, Ducal –así se llama la barraca– ha tenido que subir los precios: “Nosotros somos una caseta de tiros y el género que compramos para que la gente se lo lleve a modo de premio ha subido bastante”, asegura. Es por eso que han tenido que adaptarse y encarecer la partida cincuenta céntimos. 

A pesar de ello, espera vivir unas fiestas fantásticas. Considera que la ubicación del recinto ferial contribuye a que la afluencia de personas sea alta y, por extensión, la facturación. Esperando a que el momento llegue, las barracas comienzan a coger forma en este parque de Bilbao.