España llevará al Consejo Europeo del próximo jueves la propuesta de creación de un fondo de entre un billón y un billón y medio de euros para buscar la recuperación econónica tras la pandemia del coronavirus, que debería financiarse mediante deuda europea perpetua.

Según el documento, que defenderá el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en la reunión por videoconferencia de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, el fondo serviría para financiar medidas de reconstrucción con especial atención a los más sectores más afectados por el cierre de actividad o por las medidas de contención, como el transporte y el turismo.

Además considera que las partidas de ese fondo a los países deben hacerse por transferencias directas y no préstamos -para que no aumente el ratio de deuda pública de los países-.

De acuerdo con la propuesta, los fondos deberían estar disponibles a partir del 1 de enero de 2021 y podrían usarse durante los próximos dos o tres años para relanzar la economía de los países más afectados.

Estos se desembolsarían en forma de subvenciones no reembolsables a través del presupuesto europeo en función del impacto de la crisis del covid-19 en cada país, atendiendo a indicadores “transparentes” como la población afectada, la caída del PIB o el aumento del paro.

Este Fondo de Recuperación se financiaría con la emisión de deuda perpetúa de la UE “respaldada por los mecanismos legales existentes”, lo que permitiría beneficiarse de la calificación crediticia triple A de que gozan las instituciones comunitarias, según la propuesta española. Al ser deuda perpetua, solo habría que devolver los intereses, no el principal. Esto implica que solo se pagarían los intereses, y se asumiría de forma solidaria. Además, “el BCE deberá seguir jugando un papel clave para asegurar la estabilidad financiera”.

Para el reembolso de los mismos, España plantea usar “tanto como sea posible” nuevos impuestos europeos que irían al presupuesto comunitario, tales como una tasa al carbono en frontera, a las emisiones de CO2 o un “impuesto sobre el mercado único”.

El Fondo “podría anclarse dentro del paraguas del Marco Financiero Plurinual (MFP)”, según el documento.

El presupuesto plurianual comunitario para 2021-2027 es una de las herramientas que genera más consenso entre los países a la hora de abordar la crisis, así como en el seno de la Comisión Europea, que insiste en que sea la piedra angular del plan de recuperación.

En este sentido, la propuesta española enfatiza la necesidad de alcanzar cuanto antes un acuerdo sobre un MFP revisado “ambicioso”, cuyo tamaño sea “proporcional a la magnitud de una crisis sin precedentes” y que eleve el actual techo de recursos propios (1,2% de la Renta Nacional Bruta Conjunta) para aumentar la capacidad de préstamo de la UE.

En la propuesta, España aboga además por avanzar hacia la “total armonización fiscal y la erradicación de todas las prácticas fiscales injustas entre Estados miembros”, advertencia velada a Holanda, el país más reacio a medidas como la emisión de deuda conjunta pero al que la Comisión incluye entre los socios que llevan a cabo políticas de planificación fiscal agresiva que pueden favorecer la elusión fiscal.

España también alerta en el documento contra el riesgo de las actuales respuestas nacionales: la relajación de las normas aprobada por la Comisión Europea para responder a la crisis del covid-19 favorece a los países con mayor margen fiscal, como Alemania y Países Bajos.

“Es crucial evitar que esto lleve a una UE más desigual y que debilite el mercado interior”, reclama el texto.

Dentro de los tratados. La canciller alemana, Angela Merkel, instó ayer a buscar mecanismos comunitarios para ayudar a los países de la UE más afectados por la pandemia dentro de los actuales tratados, descartando así implícitamente opciones como los coronabonos. Merkel indicó en rueda de prensa, al ser interrogada al respecto, que cualquier solución que “no esté dentro de los tratados” implicaría la elaboración de un nuevo texto comunitario que llevaría “dos o tres años”, cuando las ayudas se precisan de manera inmediata. La canciller agregó que podía imaginarse nuevos instrumentos comunitarios de ayuda financiera a los socios más afectados por el covid-19 y apuntó a las posibilidades del próximo presupuesto europeo. Destacó que la pandemia ha sido un choque exógeno, “no resultado de carencias en la política económica”, y a la que los socios han llegado por “deudas” previas.