Bruselas - "Hay muchas divergencias y muy serias (€) Pero sigo pensando que podemos conseguir un buen acuerdo para ambas partes". Así resumía Michel Barnier, jefe negociador europeo del Brexit, la primera ronda de negociaciones sobre la relación futura, que concluyó ayer jueves en Bruselas. La competencia leal, la cooperación judicial, la gobernanza del acuerdo y la pesca son los principales puntos de fricción entre Londres y Bruselas. Pero también la confianza mutua. Tres años y medio duró la negociación sobre la salida del Reino Unido. Y diez son los meses que restan para acordar los parámetros de la relación futura. Bruselas y Londres comenzaron el lunes la primera ronda de negociaciones para "reconstruir todos los aspectos" de un camino que han cabalgado juntos durante 47 años. Tras cuatro días de negociaciones liderados por Barnier y su homólogo británico David Frost, la sensación es que los puntos de partida están muy lejos. El francés le quitaba hierro apuntando que es normal en una primera ronda de contacto que ha servido para "intercambiar, comparar y clarificar posturas".

Pero Barnier no escondía las dificultades que entraña el periodo transitorio. En una rueda de prensa destinada a explicar el estado de forma de las conversaciones, admitía que "hay muchas divergencias y muy serias". Los principales puntos de fricción entre Bruselas y Londres giran en torno a cuatro arterias. En primer lugar, la adhesión a los estándares europeos que la UE exige para garantizar la competencia leal. Por otro lado, la cooperación judicial, ya que el Reino Unido no quiere suscribir a la Convención Europea de Derechos Humanos. La gobernanza del acuerdo y la negativa de Londres a asumir la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) es la tercera. Y por último, el acuerdo pesquero, que el bloque comunitario exige que forme parte del acuerdo comercial global.

"A pesar de ello, sigo pensando que podemos conseguir un buen acuerdo para ambas partes", apuntó Barnier. Las negociaciones se alternarán cada tres semanas entre Bruselas y Londres. Hay abiertas 11 mesas de diálogo, pero Londres descarta hablar sobre Política Exterior y Seguridad, aunque son dos de los términos más repetidos en la Declaración Política.