Si la situación para todos los afectados por los derribos de las 254 viviendas en Argoños es suficientemente complicada, lo es aún más para los de edad avanzada. A la fatiga de una eterna batalla judicial que se ha alargado durante más de 25 años, hay que sumarle la incertidumbre de no saber si van a poder disfrutar de las viviendas de sustitución que les ofrece el Gobierno de Cantabria a cambio de una vida de recuerdos y vivencias en sus hogares.

Es el caso de Javi Guerrero, un vizcaino de Barakaldo que denuncia la situación que ha atravesado su suegra desde que compró su casa en el año 2000. "Con 89 años que tiene no sé qué decirle. No quiere ni otra vivienda ni el dinero, ella quiere su casa, donde tiene tantos recuerdos. Seguramente optaremos por no decirle lo que está pasando hasta que no quede otra opción, ya que nunca aceptaría irse de aquí", asegura dolido.

Pintada en contra de los derribos en la urbanización. Oskar Gonzalez

Su suegro falleció hace unos años, durante el proceso, como muchos otros, y no vio cumplido su sueño de ver reconocida la legalidad de su chalé. "Estuvo en todas las manifestaciones y murió sin ver ninguna solución", apunta.

Guerrero denuncia, a su vez, que los dirigentes políticos responsables de otorgar los permisos de construcción en situación irregular han salido indemnes. "Desde el primer día hemos pedido responsabilidades políticas y nadie ha sido señalado. Han pasado cuatro o cinco administraciones y mientras se culpaban entre ellos no se ha solucionado nada", concluye.

Batalla judicial

La batalla judicial para luchar por la legalidad de sus viviendas ha conducido a los vecinos afectados a instancias del Parlamento Europeo de Bruselas. Incluso lograron la variación de una ley de la Constitución Española, a través de la cual se imposibilita el derrumbe de una vivienda sin que los vecinos obtengan antes una indemnización.

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Koldo Nafarrate es de Bilbao aunque lleva viviendo en la urbanización Pueblo del Mar 1 desde el año 2000. "Nos pusieron todo muy bonito cuando la compramos, luego ya empezaron los problemas", asegura.

Al igual que muchos de sus vecinos, optará a la vivienda de sustitución. "Han construido una depuradora aquí al lado, pero eso no molesta. Gracias a que hace años firmamos unos convenios con el Gobierno de Cantabria conseguimos regularizar posibles salidas como la indemnización o la vivienda de sustitución. Si no se llegan a dar, nos hubieran esperado muchos más años de litigios, incluso después de los derribos", concluye.