Los seis españoles que sobrevivieron al naufragio del Argos Georgia aterrizaron ayer al filo de las 13,00 horas en Santiago de Compostela procedentes de las Islas Malvinas, donde el hundimiento del pesquero el pasado lunes ha dejado un balance de nueve muertos –dos españoles–, cuatro desaparecidos y catorce supervivientes.
El avión militar fletado por el Gobierno de España para la repatriación, un Airbus A330-202, despegó del aeropuerto de Mount Pleasant (Monte Agradable) este sábado a las 22.45 horas (20.40 GMT) para dirigirse a Galicia, donde tomó tierra tras más de 14 horas de vuelo. Durante el traslado los supervivientes del naufragio estuvieron acompañados por personal de la Unidad Médica de Aeroevacuación, según el Ministerio de Defensa. En Santiago, el avión medicalizado del Ejército del Aire dejó a los cuatro tripulantes gallegos que salvaron la vida en el accidente marítimo, tres de Ribeira (A Coruña) y uno de Pontevedra: José Saborido (capitán), Ramón Hombre, Ramón García y Francisco Gondar. Dos tripulantes salieron en ambulancia por dolencias leves.
Tras permanecer una hora en el recinto militar, tanto los marineros como sus familiares fueron abandonando el lugar. Dos de ellos necesitaron atención médica, por lo que salieron de las instalaciones militares en ambulancia y fueron trasladados a un hospital para ser tratados de dolencias leves.
Por su parte, los dos observadores científicos que iban en el buque, Amparo Burguillos, de Socovos (Albacete), y Pere Hernández, de Barcelona, volarán en las próximas horas desde Santiago a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). En el Aeródromo militar de Santiago de Compostela, junto al Aeropuerto Rosalía de Castro, a los supervivientes gallegos les esperaban sus familiares, niños incluidos, para darles una emotiva bienvenida a casa con un recibimiento que tuvo lugar en la intimidad de las instalaciones, sin que pudiesen acceder los medios de comunicación. Al aeródromo se desplazaron el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco; el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda; el conselleiro do Mar, Alfonso Villares, o el alcalde de Ribeira, Luis Pérez.
Los cuerpos de los dos españoles fallecidos, César Acevedo, vecino de Vigo y patrón de pesca del barco, y Santiago Leyenda, de Baiona (Pontevedra) y cocinero principal de la embarcación, no pudieron ser repatriados debido a los protocolos de las autoridades británicas. Se prevé que sean trasladados a Oxfordshire, en Inglaterra, en los próximos días. En cuanto a los cuatro desaparecidos en el mar, se mantiene el operativo de búsqueda y rescate con un buque, un pesquero y un avión. De ellos, dos son gallegos: Juan Antonio García Rey, Pichón, relevo de máquinas, de Ribeira (A Coruña) y Antonio Barreiro, de Noia (A Coruña).
El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, se comprometió a seguir al “lado” de las familias de los tripulantes. En un vídeo remitido a los medios, el delegado del Gobierno ofreció y ayuda a las familias afectadas y destacó la “especial colaboración” de los cuatro ministerios implicados en la repatriación: Transportes, Pesca, Exteriores y Defensa. También agradeció “especialmente” el trabajo del Ejército del Aire y de sus servicios médicos para traer de vuelta a los supervivientes tras haber volado 28 horas desde que partieron el viernes de la base aérea de Torrejón de Ardoz. Asimismo, se congratuló de la “estrecha colaboración” que ha mantenido el Gobierno con la Xunta de Galicia. Por su parte el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez agradeció “al equipo médico de la UMAER y al personal de Defensa su extraordinaria labor y haberles traído de vuelta a casa”, según un mensaje que publicó ayer a través de la red social X.