El BEC de Barakaldo ha organizado recientemente la XVII Feria Aotec, organizada por la Asociación Nacional de Operadores de Telecomunicaciones y Servicios de Internet. El getxoztarra Gonzalo Elguezabal es el director ejecutivo de esta entidad, que vela por los intereses de los operadores locales del sector. Se muestra satisfecho con el estreno en Euskadi de este evento, enfocado al desarrollo digital en el entorno rural, y hace un llamamiento a aprovechar la buena infraestructura existente a nivel de conectividad para avanzar en la implementación de tecnologías emergentes, como el internet de las cosas y la inteligencia artificial.

Podría parecer que, ‘a priori’, la tecnología de vanguardia y el mundo rural son conceptos antagónicos. Sin embargo, la feria Aotec ha querido demostrar todo lo contrario.

—Efectivamente. Cuando hay acceso a él, internet ha igualado bastante la situación en todos los lugares. Debemos tener en cuenta que el Estado es líder en despliegue de fibra, tanto en un entorno de ciudad mediana o grande como en el entorno rural, en donde alcanza un 80% del territorio. ¿Qué ocurre? Hay informes que demuestran que una vez que hay conectividad, el uso de nuevas tecnologías es prácticamente el mismo porcentualmente en un entorno rural que en la gran ciudad. Incluso en el mundo rural hay un mayor porcentaje de personas que teletrabajan, un 22%, frente a un 14% en el ámbito urbano. Además, a raiz de la pandemia, el hecho de que en la España rural, gracias a los operadores locales, hubiese un gran despliegue de fibra facilitó una migración del entorno urbano hacia el campo. Y parte de esa migración, a posteriori, se ha asentado.

Por tanto, en el ámbito digital se va reduciendo esa brecha que separa al campo de la ciudad.

—Sí, especialmente en el ámbito educacional la brecha digital puede establecerse más entre rangos de ingresos medios, en virtud de si los colegios son capaces de aportar esta tecnologías a sus estudiantes. El no tener la posibilidad de conectividad hoy en día afecta a todo el mundo. Quien no tenga acceso a internet va a tener mayores dificultades para contactar con las entidades públicas, para soluciona trámites con bancos, seguros… Tal y como está el mundo hoy en día, el que no tenga acceso a internet tiene un gran problema.

El lema de la feria, ‘Impulso Innovador’, hacía referencia precisamente a esa transformación digital que se vive en la sociedad, ¿no?

—Así es. Euskadi, dentro del Estado, es puntera en despliegue de fibra y, por tanto, estaría en la parte noble de la clasificación también a nivel europeo. Si tenemos esa herramienta que nos diferencia, en la que estamos por encima de la mayoría de los países de Europa, tendremos que intentar darle un siguiente paso a ese punto de ventaja. No son tantos los ámbitos en los que Euskadi y el Estado en general están adelantados al resto de Europa y en primera línea en el mundo. Una vez que tenemos la autopista, debemos darle contenido y sacar provecho de esa ventaja de que disponemos. Se ha hecho un buen trabajo hasta ahora, pero debemos dar ese paso hacia un futuro mejor. Desde Aotec, tratamos de que en nuestra feria se puedan dar a conocer todas esas herramientas que vienen tras la autopista que es la fibra, como pueden ser el uso del cloud, de la inteligencia artificial, del internet de las cosas...

Ha hablado del internet de las cosas, una de las cuestiones sometidas a debate en las charlas programadas en la feria Aotec. ¿A qué hace referencia exactamente ese concepto?

—Se refiere a que a cualquier cosa podemos colocarle un sensor que mida datos. A una zapatilla, a una viña, a una vaca… Con esos datos, podemos hacer un uso más eficiente de las cosas. Tomando un ejemplo de ámbito rural, en un regadío de diez hectáreas las riegas todas por igual. Pero, si sensorizas, eres capaz de saber qué parte del terreno necesita que se vuelva a regar y qué parte no.

Otro asunto ineludible es el del papel de la inteligencia artificial. ¿Qué aplicaciones puede tener esta tecnología a la hora de tender puentes hacia el mundo rural?

—A lo que hablamos antes sobre el internet de las cosas, la inteligencia artificial le añade una capacidad mayor de análisis y comprensión de los datos y de aumentar aún más la eficiencia. Por ejemplo, si yo, como parte de una empresa tecnológica, quiero hacer un proyecto de agricultura, quizás no entienda bien los datos para trasladárselos luego al agricultor. Sin embargo, una inteligencia artificial sí es capaz de entender esos datos, de llegar a conclusiones y hacérselas llegar al interesado. Nos ayuda a cerrar esa brecha de desconocimiento y a reducir costes de inversión al no necesitar controlar tantos aspectos.

La de este año ha sido la 17ª edición de la feria Aotec, pero es la primera vez que se celebra en Euskadi. Ha costado desembarcar por aquí…

—Es el estreno en todo el norte del Estado… El sector del operador local tiene su origen y su mayor fuerza en el sur, especialmente en Levante, Murcia y Andalucía. Pero en los cinco o diez últimos años, el sector está creciendo mucho en el norte. Desde Aotec, como asociación nacional, teníamos que apoyar este crecimiento. Además, Bilbao y Bizkaia tienen un sector tecnológico muy consolidado y boyante. Veíamos que había una simbiosis natural. Lo último que hizo inclinar la balanza a su favor fue el compromiso mostrado por Xabier Basañez, director general de BEC, y el apoyo recibido por parte del Gobierno vasco, la Diputacion Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao.

Usted asumió el cargo de director ejecutivo de Aotec a finales de 2019, en puertas de la explosión de la pandemia de covid. ¿Qué cambios destacaría en estos cuatro años en la relacion de la ciudadanía con las tecnologías de la comunicación?

—Con la pandemia, surgió el miedo por lo que iba a ocurrir con nuestro sector, pero realmente lo que hizo fue fortalecer nuestras empresas. Provocó que tanto empresas como instituciones públicas aceleraran su proceso de digitalización. Abrió la mente a otras muchas herramientas, como las videollamadas. Este aumento tremendo del uso de datos también potenció la necesidad del uso del cloud. Y todo ello facilita la implantación de nuevos proyectos como el internet de las cosas y la inteligencia artificial. l