El Gobierno vasco ha acudido este domingo al acto de homenaje celebrado en el campo de concentración nazi de Gurs, en Iparralde, donde casi 6.000 vascos sufrieron condiciones deplorables entre los años 1939 y 1946.

El viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación del Gobierno vasco, José Antonio Rodríguez Ranz, ha asistido al acto organizado por la asociación 'Terres de Mémoires et de Luttes' para recordar a los internados en este campo por su pertenencia a los ejércitos vasco y republicano o por sus ideas políticas contra las dictaduras de Franco, Hitler y Mussolini.

"Las víctimas de Gurs son un faro para nuestra memoria", ha destacado el viceconsejero, que ha querido rendir homenaje a aquellos vascos que vivieron o murieron en este campo.

Acto de homenaje a las víctimas de Gurs. IREKIA

También ha querido reconocer al resto de víctimas de Gurs, "sea cual sea su nacionalidad, etnia o condición. Son víctimas del fascismo, la represión y la exclusión, y son faro de nuestra memoria", ha dicho.

"Vivimos hoy una situación especialmente delicada con guerras, graves vulneraciones de derechos humanos, migraciones forzadas, exilio, exclusión y discriminación. Gurs nos interpela y ojalá ello reafirme nuestro compromiso con una memoria democrática y con un mundo más justo, humano y sostenible", ha concluido.

La conmemoración del 85 aniversario de la apertura del campo de Gurs ha reunido en este enclave a familiares de las personas que estuvieron internadas en él, organizaciones sociales y culturales y representantes de las administraciones de Nueva Aquitania, la CAV, Nafarroa y Aragón.

Acto de homenaje a las víctimas de Gurs. IREKIA

El campo de Gurs, ubicado cerca de Oloron-Sainte-Marie, permaneció en funcionamiento durante siete años, desde 1939 a 1946, fue el de mayor duración e importancia del Estado francés y alojó durante ese periodo a 64.000 personas.

De ellas 27.300 fueron refugiados de la CAV y Nafarroa. También albergó a voluntarios de las Brigadas Internacionales y españoles llegados entre 1939 y 1940, al finalizar la Guerra Civil así como a otras víctimas del fascismo a las que el régimen nazi tachó de "indeseables", como judíos, gitanos u homosexuales.

La asociación 'Terres de Mémoires et de Luttes' es la que ha trabajado en la reconstrucción de los barracones del campamento nazi.