Más de medio millón de mujeres vascas, entre 25 y 65 años, han podido acogerse al programa de detección precoz de cáncer de cuello uterino o cérvix de Osakidetza en sus seis años de vigencia. En concreto, solo el pasado año, se atendió a 71.818 féminas realizándoles la prueba de cribado. El 93% de los casos obtuvo un resultado de riesgo muy bajo y a 1.484 mujeres se les realizó un estudio más profundo, detectando lesiones premalignas en 315 casos, según datos ofrecidos por el Departamento de Salud en la víspera del Día Mundial de la Prevención del Cáncer del Cuello Uterino.

Se trata de una prueba vital ya que la investigación de las últimas décadas ha permitido que este tipo de cáncer, el segundo más frecuente en mujeres de 25 a 64 años a nivel mundial, sea “prevenible y eliminable” si es cogido a tiempo. De hecho, el impacto del programa en la supervivencia es muy elevado, del 97%.

En Euskadi, se detectaron cerca de 500 casos de cáncer de cérvix, desde 2018 a 2022, de los cuales el 40% fue identificado por el programa de detección precoz de cáncer de cuello uterino o cérvix.

La mayoría de los casos detectados por el cribado, el 72% concretamente, estaba en estadios precoces, lo que se traduce en la posibilidad de aplicar tratamientos menos agresivos y en un mayor índice de supervivencia. No en vano, antes de producir células malignas en el cuello uterino, el virus del papiloma humano induce una alteración celular llamada displasia y es lo que se busca con la citología cervical, que es el método de detección precoz más extendido.

Plan oncológico

Euskadi fue la primera comunidad autónoma en implantar un programa poblacional de este tipo a nivel estatal. Se trata de una herramienta fundamental del Plan Oncológico de Osakidetza, cuyo objetivo es la prevención del cáncer y el aumento de la supervivencia. Y es que, el conjunto de programas, desde su puesta en marcha –en 1995, cribado de cáncer de mama; en 2009, colorrectal; y en 2018, cérvix– han permitido detectar en torno 17.582 tumores, en su mayoría en estadios precoces.

Pero, a pesar de los beneficios que supone la participación en un programa de prevención como éste, el conocer que se tiene un resultado alterado puede generar ansiedad en las mujeres que lo reciben. Por ello, Osakidetza está trabajando, a su vez, en un proyecto para paliar estos efectos secundarios.

Por un lado, se han elaborado unos vídeos informativos dirigidos a la ciudadanía y alojados en la web de Osakidetza, junto con la actualización de todo el material contenido explicativo. Además, se están realizando formaciones específicas a los profesionales con el objetivo de mejorar las herramientas en comunicación de resultados alterados con el objetivo de que las mujeres vivan estos malos resultados como una oportunidad para prevenir y mejorar su salud.

BENEFICIOS

97%

Osakidetza ha observado que el impacto del programa de cribado en la supervivencia es del 97%.

Protocolo

A los tres años. En los casos donde el resultado es de riesgo bajo, se vuelve a invitar en tres años a mujeres de entre 25-34 años y en cinco años a mujeres de entre 35-65 años.

Tratamiento. Cuando se detecta una lesión premaligna se le ofrece tratamiento para que la lesión no progrese. A pesar de los beneficios que supone la participación en el plan, el conocer un resultado alterado puede generar ansiedad. Por ello, Osakidetza trabaja en un proyecto para paliar estos efectos.