El Gobierno vasco ha entregado este sábado a su familia los restos de Hipólito Berasategi Alcalde. Se trata de primer identificado entre las personas que fueron fusiladas o desaparecieron tras su paso por la cárcel de Ondarreta. Su familia desconocía su paradero desde noviembre de 1936, y 87 años después su hija ha podido recuperar los restos de su padre y poner fin a casi nueve décadas de búsqueda.

El acto se ha llevado a cabo en el salón de plenos ayuntamiento de Donostia y los encargados de recibir los restos del represaliado de manos de la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa y del viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, José Antonio Rodríguez Ranz, ha sido su propia hija, Pepi Berasategi, de 88 años y su nieto, Adur Tolosa.

El bisnieto de Hipólito Berasategi ha tomado la palabra para agradecer en nombre de la familia la "actitud y compromiso" que han encontrado en el ayuntamiento de Oiartzun en la búsqueda, y ha pedido al Gobierno vasco y al resto de instituciones a que sigan dando pasos para que las víctimas del franquismo logren "justicia y reparación" para que "no se repita lo que pasó".

Los restos de Hipólito Berasategi, fusilado en 1936, ya están con su familia 87 años después

Los restos de Hipólito Berasategi, fusilado en 1936, ya están con su familia 87 años después Iker Azurmendi

Durante su intervención, la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, ha reiterado el compromiso del Gobierno vasco para seguir trabajando para localizar, exhumar e identificar a todas las personas desaparecidas durante la Guerra Civil, ahora en el marco de la Ley de Memoria Histórica y Democrática vasca.  

La consejera ha nombrado como prueba del compromiso del Gobierno vasco los trabajos que se vienen desarrollando para identificar los restos de los represaliados en Artxanda, el penal de Orduña, Mutriku o Amorebieta-Etxano

“Hoy tomamos el testigo, con orgullo, para defender los valores de la libertad, la democracia y la justicia social, los mismos valores que defendían aquellas personas que se opusieron al alzamiento militar”, ha asegurado Nerea Melgosa para añadir que hoy sigue siendo necesario “trabajar por la libertad, la democracia y la justicia social; porque sigue siento necesario hace frente a los totalitarismos; y porque sigue siendo necesaria la defensa de los derechos humanos que se vulneran de manera sistemática”. 

Durante su intervención, Melgosa ha destacado que Gipuzkoa fue un objeto de un "tsunami de terror" y de "represión" entre agosto y septiembre de 1936 cuando fue ocupada por las tropas franquistas. "El delito de Berasategi fue defender la libertad, la democracia y la justicia, algo que el franquismo trató de borrar peor que no consiguió", ha señalado Melgosa.

En el acto también ha intervenido el alcalde de Donostia, Eneko Goia, que ha recordado como Pepi ponía flores cada 13 de septiembre en le monumento situado en las cercanías del ayuntamiento que recuerda a los represaliados donostiarras. "Casi había perdido la esperanza, pero los restos de su padre han aparecido 87 años después. Estos años robados no se pueden devolver, pero a partir de ahora tendrá un lugar donde recordarlo", ha señalado Goia.

87 años sin noticias

Hipólito Besarasategi Alcalde ha sido el primer represaliado identificado de entre las personas que fueron ejecutadas o desaparecieron tras su paso por la cárcel de Ondarreta

Berasategi natural de Briviesca y vecino de Donostia fue encarcelado en la prisión de Ondarreta el 4 de noviembre de 1936 por ser militante de UGT. Su familia le pudo visitar en el penal, pero solo tres días después de su ingreso le comunicaron que Berasategi ya no se encontraba en la cárcel. Desde entonces no tuvieron noticias de él y supusieron que había sido fusilado en Hernani, pero nunca pudieron recuperar sus restos. 

En 1960 los restos de varios ejecutados en el entorno de Iragorri fueron recuperados e inhumados en el cementerio de Oiartzun hasta que en 2021 la Sociedad de Ciencias Aranzadi procedió a la exhumación de los restos. Gracias al ADN que su hija, Josefa Berasategi había depositado en el banco del Instituto Vasco de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora pudo identificar los restos de Hipólito Berasategi Alcalde, que desde este viernes, y 87 años después de ser fusilado, descansa ya junto a su familia.