Por cada víctima de trata identificada hay al menos veinte sin identificar. Escapar de las redes de tratantes es muy complicado, y ni siquiera garantiza la recuperación y el acceso a una alternativa vital digna: las trabas administrativas, la escasez de recursos y las graves secuelas que deja la explotación sexual abocan a muchas víctimas a volver a la prostitución para subsistir. “Es habitual que haya supervivientes de trata que salen de las redes de trata y muchas veces, cuando terminan fuera del control de las redes, se ven obligadas a volver al contexto prostitucional. (...) El Estado fracasa en su protección”, explica Celia López, experta de Médicos del Mundo.

Esta organización, que trabaja desde hace 30 años con víctimas de trata, explotación sexual y mujeres en situación de prostitución, llama la atención sobre las diversas causas que subyacen a esta terrible realidad en el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de mujeres, niñas y niños.

Se calcula que en el mundo hay 25 millones de personas tratadas y que por cada víctima identificada hay al menos 20 sin identificar. El Estado español es uno de los principales países de tránsito y destino de trata con fines de explotación sexual. Sin embargo, son poquísimas las víctimas que las autoridades identifican.

Escapar de los traficantes

Escapar de las redes de tratantes y explotadores es muy difícil. Las mujeres son amenazadas (a menudo chantajeadas con el pago de una deuda ingente o con hacer daño a su familia) y obligadas a consumir drogas, convirtiéndolas en adictas. La mayoría está en situación administrativa irregular y sin red, su autoestima está destruida y las secuelas físicas y psicológicas de la explotación son enormes. Muy pocas logran salir de ese infierno y su camino está lleno de dificultades. Para empezar, cuenta López, el sistema ha cambiado, trasladando la prostitución de clubes y calles a pisos, lo que dificulta su detección.

La experta alerta de que hay “fallas” en el sistema de identificación porque las víctimas no suelen tener asistencia gratuita letrada ni son atendidas por profesionales especializadas, ya sean juristas o de traducción e interpretación. Además, los trámites de acreditación “son farragosos”.

Asimismo, “la sociedad ha normalizado la prostitución como forma de ocio e invisibilizado que es violencia de género”, lamenta. España empezó hace menos de un año a reconocer la trata con fines de explotación sexual como una forma de violencia machista en la ley del sólo sí es sí.

Muchas han de lidiar con “graves secuelas” en su salud física y mental por haber sido víctimas de trata con fines de explotación sexual: “El estrés postraumático puede ser igual al que se sufre tras una guerra”. Tantos obstáculos hacen casi imposible su acceso al mercado laboral y muchas se ven abocadas a regresar de nuevo a la prostitución.

Liberadas tres mujeres. La Policía ha desarticulado en Tarragona un clan familiar de origen rumano que obligaba a prostituirse a mujeres de esa nacionalidad, y a quienes forzaban también a cuidar plantaciones de marihuana. Captaban a las mujeres con engaños de trabajos legales en España, y las trasladaban, obligándolas a prostituirse. Para no levantar sospechas en la aduana sobre el motivo del viaje, en ocasiones, las obligaban también a casarse con miembros del clan.