El símbolo de tres años y medio de pandemia ha llegado a su fin.

La última restricción del coronavirus decae porque el Consejo Interterritorial de Salud acaba de respaldar la retirada definitiva de las mascarillas en centros de salud, hospitales, farmacias o residencias, por lo que acaba su uso generalizado en estos centros, aunque se recomienda su utilización cuando haya síntomas de infección respiratoria. 

Este elemento de protección llevaba siendo obligatorio en las farmacias, hospitales y centros sanitarios y sociosanitarios nada menos que 1.145 días. Sin embargo, ahora habrá que esperar a que el Consejo de Ministros apruebe, previsiblemente la próxima semana, el real decreto que recogerá la nueva regulación, ya más flexible en lo relacionado con los entornos sanitarios y sociosanitarios.

En principio será el martes cuando reciba luz verde. Posteriormente, sería publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y, así ya entraría en vigor.

El ministro de Sanidad, José Miñones, ha consensuado esta decisión con los consejeros del ramo en el Consejo Interterritorial de Salud, una reivindicación expuesta por varias comunidades que desde hace un par de meses pedían eliminar la mascarilla en el interior de los últimos reductos del cubrebocas.

Parece que fue hace mucho tiempo cuando salir de casa sin mascarilla equivalía a dejarse la cartera, el móvil o las llaves. Tras una retirada escalonada, que culminó el pasado mes de febrero, con su exención en el transporte público, ahora la mascarilla pasa literalmente a mejor vida, dada la buena evolución epidemiológica. 

MANTENERLA EN ESPACIOS CON PACIENTES VULNERABLES

En cualquier caso, tal y como ha deslizado el ministro Miñones en las últimas semanas, aún se podría mantener la obligatoriedad de las mascarillas en algunos espacios sanitarios donde haya especiales características y pacientes inmunodeprimidos, como las UCI, las zonas de oncológicos, quirófanos o Urgencias.

La decisión se ha tomado tras escuchar el informe técnico de los expertos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), liderados por el doctor Fernando Simón. Miñones ya avanzó en los últimos días que solo se tomaría esta medida “escuchando a los expertos”.

Con la medida aprobada por el CISNS, se acaba prácticamente de facto con todas las restricciones que se impusieron con el estallido del virus hace ya más de tres años que arrancó con un confinamiento de casi tres meses.

Hasta el momento, las mascarillas eran obligatorias en los centros y servicios sanitarios como hospitales, centros de salud, clínicas dentales, centros de reproducción humana asistida, centros de interrupción voluntaria del embarazo y otros centros de atención especializada.

La retirada parecía clara desde hace varias semanas pero lo que suscitaba un mayor debate era, sin embargo, si se realizaba “de forma prolongada, de forma definitiva o de forma escalonada”. De hecho, Miñones sigue defendiendo su utilización, sobre todo para proteger a los mayores de los virus respiratorios.