Osakidetza ha renovado su estrategia de Seguridad del paciente, donde incorpora la prevención del suicidio como eje prioritario ya que el 30% de suicidios se puede prevenir. Entre las acciones a desarrollar, esta hoja de ruta sanitaria prevé la creación de un registro de tentativas en Euskadi como parte de un servicio de vigilancia epidemiológica de la conducta suicida para “conocer con suficiente precisión y rapidez las características de este fenómeno” y la “eficacia de las acciones desarrolladas”.

En el remozado plan, presentado este mediodía en sede parlamentaria, –existen dos anteriores– el Departamento de Salud pretende seguir avanzando en ofrecer a la ciudadanía un mayor nivel de seguridad en la asistencia sanitaria, “partiendo de los avances y la experiencia acumulada durante la última década”, según ha expresado Rosa Pérez, directora de Osakidetza. 

Y es que la seguridad del paciente persigue reducir al máximo posible las consecuencias indeseables que puede tener la atención sanitaria. Trata asimismo de detectar las áreas de mayor riesgo, y alcanzar una asistencia lo más segura posible, a través de la prevención de incidentes de seguridad, su identificación precoz, y la minimización de sus consecuencias en el caso de que se produzcan.

NO EXISTE EL 'RIESGO CERO'

También presentó esta hoja de ruta sanitaria el coordinador de programas de Salud y Seguridad del Paciente, Enrique Peiró, quien subrayó, que no existe el “riesgo cero” para el paciente en la atención sanitaria. Peiró cifró en un 10% de “eventos adversos” según los organismos internacionales, que apuntan, asimismo, que la mitad de estos “incidentes de seguridad con daño son evitables”.

En este sentido y sobre la evolución de las notificaciones de incidentes de seguridad sin daño, Peiró admitió que la tendencia en “ligeramente ascendente, hasta alcanzar las 5.300 notificaciones en 2022”. No obstante, a su juicio, “el dato numérico no es lo importante, sino lo que se hace con esas notificaciones, el estudio, análisis y aprendizaje”.

OTRA ÁREA DE RIESGO, LAS EMERGENCIAS

Así, la nueva estrategia de Seguridad del paciente, diseñada con un horizonte temporal hasta 2030, refuerza todas sus líneas de acción e incorpora dos nuevas: las emergencias y prevención del suicidio.

No en vano, recientemente se hacía público que solo en cuatro meses del pasado año, Osakidetza había detectado y atendido más de 300 casos de personas en situación de riesgo de suicidio, un dato que certifica la importancia del problema. 

El documento también incluye una formación específica en este ámbito dentro de los planes de formación continuada de los profesionales; el Código de Riesgo Suicida como herramienta de coordinación de cuidados; la aplicación de un plan de cuidados, e incluir la evaluación del riesgo de suicidio en poblaciones o patologías de especial riesgo.

Como segundo aspecto novedoso se incorporan las emergencias y sus posibles incidencias, debido a que las emergencias representan “un potencial riesgo adicional porque se atienden a pacientes críticos.

Durante la presentación, la directora de Osakidetza puso de relieve que la seguridad del paciente constituye una “prioridad” para el departamento y ha reconocido que se trata de una “carrera de fondo”, que requiere “un esfuerzo de mejora continua y sensibilización permanente, más allá de progresos puntuales.