Euskadi se suma al Compromiso Global por la Nueva Economía de los Plásticos, un marco voluntario impulsado por la Fundación Ellen MacArthur, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que guía a gobiernos y empresas para que implementen medidas concretas con el fin de acelerar la transición hacia una economía circular para los plásticos que reduzca su uso.

En la rueda de prensa posterior al consejo de Gobierno, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha explicado que, con el compromiso de establecer "metas ambiciosas" a 2025 y de reportar anualmente sobre el progreso de forma tangible, las empresas y los gobiernos adheridos se comprometen a trabajar para reducir el uso de plástico, innovar en este ámbito y mantener los artículos de plástico en la economía y fuera del medio ambiente.

El Compromiso Global por la Nueva Economía de los Plásticos se lanzó en Indonesia en el año 2018, durante la Conferencia internacional Our Ocean, y desde entonces más de 500 organizaciones se han sumado a la iniciativa.

Liderado por la Fundación Ellen MacArthur, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Compromiso Global por la nueva Economía de los Plásticos aglutina a todas estas organizaciones en torno a una visión común de una economía circular para los plásticos.

En su último informe de seguimiento, relativo al año 2021, han participado un total de 130 empresas de la cadena de valor de los plásticos y 18 gobiernos, los cuales muestran anualmente y de forma pública los avances en sus compromisos sobre envases de plástico.

Tapia ha recordado que el Lehendakari, Iñigo Urkullu, respaldó la adhesión de Euskadi a este compromiso global el pasado febrero, durante la última edición de la cumbre Our Ocean, celebrada en Brest (Francia).

Desde el punto de vista operativo, sumarse a este compromiso internacional supone apoyar la visión común de una economía circular para el plástico, donde el plástico "nunca se convierte en residuo".

Esta visión común de la iniciativa se concreta en seis puntos clave. Por un lado, es prioritaria la eliminación de envases de plástico problemáticos o innecesarios a través del rediseño, la innovación y nuevos modelos de entrega.

Además, se recoge que los modelos de reutilización se aplican cuando corresponde, lo que reduce la necesidad de envases de un solo uso. Junto a ello, se apuesta porque todos los envases de plástico sean 100% reutilizables, reciclables o compostables.

Todos los envases de plástico se reutilizan, reciclan o compostan en la práctica y el uso del plástico está totalmente desvinculado del consumo de recursos finitos. Además, los envases de plástico están libres de productos químicos peligrosos y se respetan la salud, la seguridad y los derechos de todas las personas involucradas.   

TRAYECTORIA DE EUSKADI

Tapia ha destacado que Euskadi tiene un recorrido de más de 20 años de trabajo en economía circular, que le sitúa actualmente "entre los referentes en este campo". En 2021, Gobierno Vasco ha renovado su marco planificador con dos nuevos planes fuertemente relacionados: el Plan de Economía Circular y Bioeconomía 2024, y el Plan de Prevención y Gestión de Residuos 2030.

La suma de ambos planes contempla un presupuesto de 142 millones de euros para el cumplimiento de "objetivos ambiciosos" como aumentar en un 30% la productividad material, reconvertir un 85% de los residuos no peligrosos en recursos secundarios y reducir a menos del 15% los residuos que van a vertederos.

Entre las medidas a ejecutar en ambos planes, destacan las vinculadas a los plásticos como, por ejemplo, apoyar soluciones definitivas para los residuos plásticos que evite su eliminación en vertederos; fomentar la compra pública y privada verde de materiales secundarios procedentes de residuos prioritarios o lograr que el 100% de los envases de plástico sean reciclables y se eliminen las bolsas de plástico de un solo uso mediante acuerdos voluntarios con agentes clave.

Ihobe es uno de los agentes clave para el cumplimiento de los objetivos de Euskadi en materia de economía circular y residuos a través de mecanismos "importantes" como las ayudas a la ecoinnovación, el diseño de servicios avanzados de economía circular a través del Basque Circular Hub, o la participación en proyectos europeos como el proyecto Iceberg, entre otros.