Euskadi lleva mes y medio subida a una sexta ola imparable y encara una semana decisiva al tratarse de los días de mayor riesgo de contagio de toda la pandemia. Y aunque ha sido reticente a decretar de forma unilateral restricciones, puede verse obligada a imponer vetos estrictos en Fin de Año, motivados por la mala evolución de unos datos epidemiológicos que dibujan no una curva, sino prácticamente una pared vertical.

Sin conocer los valores de viernes y sábado, que Salud no ha hecho públicos, hay que recordar que el pasado jueves pulverizaba por tercer día consecutivo, el récord de contagios de esta crisis sanitaria, con 4.744 nuevas infecciones por coronavirus. Casi el doble del mismo día de la semana anterior y diez veces más que en noviembre.

De momento, Euskadi y Navarra ya han hablado de adoptar restricciones conjuntas que afectarían básicamente a limitaciones de horarios de las actividades de ocio y a reducciones de aforo en la línea de la batería de medidas presentadas por el lehendakari Urkullu en la Conferencia de Presidentes. En las conversaciones participan algunas comunidades limítrofes y es que el lehendakari considera que "adoptar medidas aisladas al resto de comunidades no es efectivo". "No se puede reducir aforos y horarios cuando las comunidades autónomas del entorno no aplican esas mismas medidas. No se trata de tener competencias propias, sino de sentido común", declaró.

¿COTILLONES EN PELIGRO?

Entre las medidas planteadas se encontraría la de prohibir el consumo en barra y adelantar el cierre de la hostelería previsiblemente a la 01:00 horas, además de reducir los aforos al 60%. El veto a la actividad hostelera y la implantación del cierre de estos locales a la 01:00 afectará directamente a los cotillones de Nochevieja, que deberían suspenderse.

Y es que aunque solo tres comunidades; Catalunya, Murcia y Canarias han adoptado medidas severas en Nochebuena, son varias las que amenazan con llevarlas a la práctica para Fin de Año. Así Cantabria avanza que cerrará el ocio nocturno y reducirá aforos desde este lunes en municipios con alta incidencia, al tiempo que invita a regiones vecinas a coordinarse para evitar que los ciudadanos acaben celebrando el fin de año en la comunidad de al lado.

Quedan muy lejos aquellos días de finales de octubre cuando el virus seguía un ritmo muy sostenido a la baja en franco retroceso. Además, el índice de reproductividad, el R0, se situaba en un 1,05, cuando ahora se eleva a 1,34. Pero a partir de noviembre, la pandemia volvió a entrar en barrena y en diciembre se descontroló totalmente, acuciada por la variante ómicron. De hecho, el propio lehendakari Urkullu se vio obligado a declarar la emergencia sanitaria antes del puente de la Constitución alegando que era urgente tomar decisiones.