El endurecimiento del Reglamento General del Juego conllevará el cierre de 39 salones de juego en Euskadi, y limitará de 75 a 60 el máximo de locales de apuestas, junto con un máximo de 14 bingos, un hipódromo y tres casinos.

La actividad económica relacionada con el juego genera un valor añadido de más de 155 millones de euros, y emplea a alrededor de 2.500 personas, según ha declarado el vicelehendakari primero y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, en una conferencia de prensa del Observatorio Vasco del Juego.

Dicho organismo, encargado de luchar contra el juego problemático y patológico en Euskadi, cumple tres años, y ha anunciado este miércoles una reforma del Reglamento General del Juego de 2016, que se aprobará en los próximos tres meses.

Algunas de las medidas que ha anunciado Josu Erkoreka incluyen el aumento de la distancia mínima entre los locales de juego, que pasará de ser de 150 metros, a 500 metros radiales, y la distancia respecto a los centros escolares deberá ser de 150 metros.

Además, en los próximos tres años, no se van a renovar ni conceder más permisos para instalar maquinas de juego en los locales de hostelería.

Tampoco se podrá emitir publicidad de juego o apuestas en medios de comunicación entre las 6 de la mañana y las 12 de la noche, y el resto del tiempo, no podrá sugerir que el juego es un medio fácil para ganar dinero, ni se permitirá que estas empresas patrocinen equipaciones deportivas.

Para adoptar estas medidas el departamento ha llevado a cabo un estudio sociológico que ha concluido que el porcentaje de las personas que ha tenido problemas con el juego en algún momento (un 2,2 %), se duplica entre los jóvenes.

Jonatán García Rabadán, profesor e investigador del departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha explicado además que el perfil del jugador vasco difiere mucho dependiendo de la edad o el género.

Así, las características más comunes de una persona con problemas de ludopatía en Euskadi son los hombres, menores de 25 años, con estudios inferiores a los universitarios y en una situación económica desfavorable.

Sin embargo, Jonatán García ha declarado que, basándose en una comparativa realizada en el estudio, "no destacamos que el confinamiento haya aumentado el número de jugadores".

La reforma, que se está perfilando "dialogando con el sector", según el consejero, tiene tres objetivos: ajustar la oferta del juego a unos niveles socialmente tolerables, garantizar la protección de la salud y la prevención del juego problemático y proteger a los menores de edad y colectivos vulnerables.