El fin último de la organización EDE Fundazioa es la integración social de diferentes colectivos en Euskadi y Navarra a través del conocimiento, la intervención social directa y el desarrollo de proyectos de economía social y empleo inclusivo.

Sin duda, tres grandes áreas. ¿Cuáles son los fundamentos de cada una de ellas?

-El conocimiento es la base sobre la que se asienta la primera de ellas y en este apartado llevamos a cabo programas de formación, investigación y consultoría. El área de intervención social directa, por su parte, se encarga de poner en marcha actuaciones o servicios dirigidos a colectivos en situación de vulnerabilidad, personas mayores, familias o mujeres con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida.

¿Y el tercero?

-El fin de este tercer bloque, empleo inclusivo, es ofrecer recursos de formación, intermediación y acompañamiento para mejorar la capacidad de conseguir un empleo de las personas que están en situación de vulnerabilidad e inserción laboral. Para conseguirlo, nos apoyamos por un lado, en programas de formación y orientación al empleo y, por otro, en la colaboración con empresas que incorporan a trabajadores con problemas de inclusión social .

Un proceso de aprendizaje que puede abrir un nuevo futuro a esas personas.

-Normalmente les introduce en áreas profesionales durante un tiempo concreto, que puede ir de un año a tres, para posteriormente salir al mercado laboral ordinario. Es un tránsito hacia el mercado de trabajo.

Se trata de una organización con una estructura muy consolidada.

-Los inicios de la organización, a finales de los 70, estuvieron centrados en el ámbito juvenil e infantil, principalmente. Con el paso de los años, los colectivos se fueron ampliando experimentando una gran evolución como organización y creando una gran estructura dentro del mundo de la inserción, en colaboración con otras organizaciones.

¿Cómo valora la evolución de EDE Fundazioa desde sus inicios hasta hoy?

-El desarrollo de la organización se ha basado en la adaptación continua.

Es cierto que el Tercer Sector se apoya mucho en el voluntariado a la hora de desarrollar los programas pero nosotros no somos una organización de voluntariado, sino que promovemos el voluntariado desde una organización muy profesionalizada y con una estructura de gobierno muy sólida, basada en un patronato independiente y con una plantilla que asciende a más de 300 personas con diferentes perfiles, que incluye desde sociólogos, psicólogos, educadores, monitores o trabajadores sociales, entre otros muchos.

Esta amplia plantilla deja ver el peso de la organización.

-Y eso que la pandemia ha tenido sus consecuencias. Dentro de la organización destaca el peso de las mujeres, aunque este aspecto también está muy relacionado según el ámbito de intervención de que se trate.

Además de en la plantilla, ¿cómo ha afectado la pandemia en el desarrollo de la actividad de EDE Fundazioa?

-El hecho de estar muchas de las instalaciones de las que nos encargamos cerradas, como por ejemplo los albergues turísticos y restaurantes sociales, ha afectado a nuestro desarrollo interno, ha afectado a nuestro desarrollo interno. Además, una parte de nuestro trabajo durante el último año ha estado centrado en atender demandas de urgencias provocadas por la pandemia derivadas del covid o del confinamiento a determinados colectivos como el de las personas mayores. Ha habido un sobre esfuerzo importante, tanto en Bizkaia como en Gipuzkoa en el que hemos participado muy activamente.

De cara al futuro, ¿cuáles son los retos de la fundación?

-Los retos internos son mantener el equilibrio, la viabilidad y el buen gobierno de todo lo que realizamos en pro de la integración social de Euskadi pero también revisar la visión para adaptarnos a las necesidades sociales y nuevas demandas que surjan.

Continuamente surgen nuevas problemáticas.

-En el ámbito de intervención hacia fuera los retos son los que tenemos como sociedad en estos momentos; la cohesión social, la mejora de las condiciones sociales de la ciudadanía; y, por supuesto, todo lo que tenemos encima de la mesa en relación con la inclusión de distintos colectivos como los inmigrantes y la igualdad de la mujer.

Viendo el panorama actual, tienen un trabajo importante en el que volcarse.

-Así es, tenemos más trabajo del que podemos hacer.

¿Cómo plantean las actividades/programas/servicios que llevan a cabo desde la fundación?

-Contamos con un plan estratégico que vamos adaptando según los nuevos escenarios que se planteen, lo que hace que seamos muy flexibles en nuestro modelo de trabajo y en cada ámbito de actuación. Nuestros principales destinatarios son las organizaciones del Tercer Sector, con las que trabajamos en el día a día y, en paralelo, las administraciones públicas.

¿La colaboración público-privada es clave en el desarrollo de los programas que desarrollan?

-El modelo de trabajo lo podemos definir como híbrido, abierto y colaborativo tanto público-privado como privado-privado o privado-mercantil.

Un esquema complejo, ¿no?

-No es fácil encajar, sí. Son todas las fórmulas y a veces resulta complejo encajar en determinadas estructuras administrativas, empresariales y asociativas.

¿Podría elegir un programa innovador que caracteriza la acción de EDE Fundazioa?

-Si, el programa Emaktiva, de carácter europeo y vinculado al ámbito de la igualdad.

¿En qué consiste?

-Es un programa integral dirigido a la mejora de la empleabilidad de mujeres con dificultades de acceso al empleo.

¿Qué le diferencia?

-La particularidad de Emaktiva es que es un programa híbrido que combina aspectos de las tres áreas; conocimiento, intervención y empleo inclusivo. Además se acompaña a las participantes durante todo el proceso.

En situaciones como la actual, de pandemia, ¿hay una mayor preocupación por los colectivos en situación de vulnerabilidad?

-Hay una mayor visibilización y sensibilización hacia dichos colectivos y se procura que la ciudadanía se muestre más solidaria ante ellos.

¿Sólo la ciudadanía?

-No, la implicación también tiene que venir de las empresas.

Por último, ¿cuál es la huella que quiere dejar EDE Fundazioa?

-Nuestra misión se dirige hacia fuera y, por tanto, la huella que queremos dejar es aportar en el desarrollo social, medioambiental y económico del entorno