- El consumo consciente está a la orden del día y más entre las familias que acumulan muchas vueltas al cole a sus espaldas. Miren Díez, ama de dos estudiantes de 15 y 9 años que estudian en Idautxuko Eskola, se define como “muy de reciclar”. Según señala, el inicio del próximo curso le va a suponer “muy poco gasto porque llevo a mis hijos a la pública”. En su casa, añade, tampoco son de caprichos. “Les compro mochilas cuando se rompen porque no entiendo que haya que comprar una mochila o un estuche cada año porque cambie el dibujo animado o el superhéroe de turno”. En el colegio Indautxu, además, cuentan con el sistema de préstamos de libros por “el que pagamos una cantidad muy razonable y la matrícula es gratis”.

Desde el punto de vista de esta ama, el sistema de libro solidario del centro “está genial porque se pasan los libros de un curso a otro. Y además hoy nadie quiere acumular en casa libros de texto ya que todo está en Internet”. Para favorecer la transición digital en las aulas, el Gobierno vasco puso en marcha el curso 2017-2018 el programa de apoyo de materiales didácticos y recursos de desarrollo curricular, que regula la financiación de los materiales que elija cada colegio público. Este curso el Departamento aportará a los centros 36 euros por estudiante en Primaria y 109 euros en ESO. Por participar, cada familia familias debe aportar entre 27 y 31 euros en Primaria y entre 41 y 45 euros en ESO.

Optar por una alimentación saludable, además de sano, es más barato. Por tanto no estaría de más meter en la mochila, junto a los cuadernos y el Ipad, una pieza de fruta en vez de bollería industrial. Por primera vez, la Asociación de Personas Consumidoras y Usuarias Vasca (EKA/OCU) ha introducido la merienda sana entre los trucos para ahorrase unos eurillos. El presidente de la EKA/OCU, Koldo Navascues, considera que la vuelta al cole “es un buen momento para recuperar buenos hábitos: hay que animar a los más pequeños a consumir fruta, frutos secos, leche, bocadillos caseros con pan integral... en los tentempiés del recreo o la merienda, dejando de lado las galletas, bebidas edulcoradas o la bollería industrial”. “Es bueno para la salud y el presupuesto familiar”, añade.

“Creemos que en general se ha degradado mucho la alimentación de los niños. La bollería industrial, los refrescos azucarados y los ultraprocesados han ganado terreno a la pieza de fruta o al bocadillo de chorizo de toda la vida. Y además de más caro, es menos sano”, resume . En esta línea, entiende que el inicio de curso es ideal “para recuperar o instaurar buenos hábitos alimenticios. Pero por mucho que nosotros, nutricionistas y comunidad médica rompamos una lanza por la comida saludable, la gente sigue cayendo en el error de seguir dando a sus hijos e hijas productos elaborados”.