Al menos 39 personas han muerto deshidratadas o ahogadas en el Atlántico en una nueva tragedia en la ruta migratoria hacia Canarias, la protagonizada por una lancha neumática encontrada ayer volcada y semihundida con una sola superviviente aferrada a ella, a 250 kilómetros de Gran Canaria. El día en que fue detenido, en un centro de acogida de la misma isla, uno de los patrones de la embarcación en la que fallecieron 14 personas.Sobre la neumática, que flotaba a duras penas con la quilla al sol y uno de sus patines pinchado, estaban tendidos la única superviviente, una mujer de unos 30 años, y dos cadáveres, un hombre y una mujer de alrededor de 20, sus dos últimos compañeros de naufragio, porque la mujer contó durante el vuelo de evacuación a Gran Canaria que a bordo iban un total de 40 personas. A su llegada a la isla, la superviviente fue evacuada al Hospital Insular de Gran Canaria con deshidratación grave.

La neumática fue localizada ayer por la tarde por un petrolero en ruta por la zona, el Evros, que avisó a las autoridades y recibió instrucciones de quedarse junto a la superviviente hasta que llegara un helicóptero de rescate, sin intentar subirla a bordo. Salvamento Marítimo consideró que resultaba muy peligroso que un mercante de ese tamaño (183 metros de eslora) intentara una operación así en condiciones de fuerte marejada, porque cualquier golpe contra el casco podría hundir los restos de la zódiac.

Hace solo una semana, cuatro inmigrantes perecieron al caer al mar cuando otro mercante, el Ever Grace, trataba de poner a salvo en su cubierta a las 34 personas que quedaban con vida en una patera con la que se cruzó a 650 kilómetros de Canarias, al norte de Nuadibú.

Otros nueve ocupantes de esa patera habían muerto en los días previos tras pasar dos semanas a la deriva, sin agua ni comida, y una más expiró en la misma cubierta del Ever Grace, cuando la iban a sacar de allí en un helicóptero de rescate del Ejército del Aire. Precisamente ayer, un marroquí de 43 años albergado en un centro de acogida de inmigrantes de Gran Canaria fue detenido acusado de homicidio imprudente tras ser identificado como el patrón de esa patera. El ahora arrestado organizó supuestamente junto a uno de los fallecidos en el trayecto la expedición de inmigrantes, a quienes previamente hicieron pasar hasta tres noches a la intemperie en el desierto con escasa provisión de agua y alimentos para acabar quedando a la deriva en alta mar al perder el rumbo y acabarse la gasolina, con lo cual nueve de ellos fueron muriendo, en ruta, de hambre y sed.

Varias lanchas desaparecidas

En las últimas semanas, son varias las lanchas neumáticas que han partido hacia Canarias desde la costa comprendida entre Tarfaya (Marruecos) y El Aaiún (Sahara) de las que no hay noticias. Esa es la travesía más corta para llegar a Canarias (de 100 a 125 kilómetros para alcanzar Fuerteventura), pero el tipo de barcas que utilizan allí los inmigrantes, neumáticas, convierte ese trayecto en muy peligroso, porque esas lanchas no están preparadas para océano abierto y suelen ir sobrecargadas.

Continuamente se reportan naufragios o muertes por deshidratación en muchas de esas pateras. No hay una cifra concreta cerrada: la Organización Internacional para las Migraciones estima en más de 230 los muertos pero Caminando Fronteras eleva el balance de muertos a unos 2.000, solo en el primer semestre. Y han vuelto a aparecer en el Caribe cayucos africanos con todos sus ocupantes muertos, restos de expediciones que se perdieron o quedaron a la deriva en una travesía de más de 4.500 kilómetros a la que nadie sobrevive.