"LO importante es que los chavales te demanden actividades", cuenta emocionado David Alday, director de proyectos de Fidias, "Fundación para la integración y el desarrollo interpersonal a través de las artes". Una entidad con sede en Leioa pero que también realiza proyectos en Getxo y Bilbao. Una pequeña gran familia que considera el arte "como una estrategia pedagógica, un instrumento muy poderoso para trabajar la inclusión, sobre todo en ambientes interculturales" y que atiende a unos 200 menores, de entre 6 y 16 años (aunque hay algún chaval mayor en el grupo de teatro) gracias al respaldo de otros 200 voluntarios.

Proyectos dirigidos hacia el ámbito artístico se conjugan con un apoyo escolar en el que los voluntarios desempeñan un papel primordial. "Les acompañan a nivel académico pero también hacen un refuerzo personal. Aquí vienen a mucho más que a reforzar matemáticas, inglés o euskera. Vienen con una mochilas por las dificultades que hay nivel personal, familiar, económico o todas juntas", detalla Alday quien reconoce que "muchas veces" los voluntarios son "una referencia" para los chavales que están en Fidias. Y ese respaldo se nota en la motivación que logran los menores, ya que "empiezan a sentirse mejor tanto a nivel emocional como académico".

Aunque este curso ha sido "muy intenso" por la actual situación, en Fidias no han dejado de poner en marcha nuevas iniciativas. Una vez al mes, "la arteterapia, la pintura al óleo, el mindfulness o el yoga" se han hecho un hueco en el calendario de las actividades. Si el ámbito artístico ha estado en primer nivel, han sumado el deporte a su oferta. "Comenzamos con una actividad de baloncesto los viernes y fue muy bien recibida", comenta Alday, quien pone en valor la "aparición de la Fundación Athletic", que lunes y jueves tiene una cita en Leioa. "El deporte genera muchos lazos de comunicación y les ayuda", razona el director de proyectos que señala que esta nueva propuesta ha permitido que "chavales que no se conocían porque estaban en diferentes proyectos, se conozcan y se generen muy buenas relaciones". Unos primeros contactos que traspasan las paredes de la fundación. "Si el grupo funciona, les proponemos otras cosas. Nos gusta crear equipos de trabajo", resume Alday.

El refuerzo en el ocio también se ha notado en el refuerzo a nivel psicológico y emocional. "Hemos puesto en marcha un proyecto que se centra en la intervención, no en buscar el refuerzo académico porque ya lo tienen en otro contexto", apunta el director de proyectos que hace referencia al "trabajo en red" como factor fundamental. "Los propios servicios sociales nos han dicho: este chaval tiene esta situación y necesitamos que socialice, que no se quede en casa. A partir de ahí, les proponeos que hagan actividades que les puedan motivar", ahonda.

Proyecto intergeneracional

La pandemia dejó proyectos por el camino pero uno que esperan retomar con ilusión es el de Baila conmigo, que realizan junto a los usuarios del centro de día de Leioa. "Este proyecto permitía que nuestros chicos y chicas de los dos grupos de baile se acercaran una vez al mes al centro y compartieran un espacio de baile y de música con los mayores", desgrana Alday, quien remarca que el proyecto "no se basa en que los chavales bailen y los mayores miren, sino que durante la semana los mayores estén preparando una coreografía o una música" para poder crear un espacio de encuentro.

El teatro también tiene relevancia en este camino con saltos generacionales. "Nuestra profesora de teatro comenzó allí con una propuesta teatral", cuenta el director de proyector. Iniciativa que quedó en suspenso pero que por la propia iniciativa de los mayores del centro de día ha vuelto a funcionar aunque de manera "telemática". Quizá, en unos meses, chavales y mayores se puedan unir de manera presencial para representar la función de su vida.

"El arte es un instrumento muy poderoso para trabajar la inclusión"

Director de proyectos de Fidias