La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, no contravino los preceptos relativos a los valores, principios y comportamientos recogidos en el Código Ético y de Conducta en relación a las actuaciones llevadas a efecto tras tener conocimiento del incumplimiento de los protocolos para la vacunación frente al covid-19 en los hospitales de Basurto y Santa Marina. Así lo acordó por unanimidad la Comisión de Ética Pública a la que recurrió la consejera para que dictaminara sobre su actuación, resolución a la que tuvo acceso DEIA tras publicarse ayer martes en la web del Parlamento.

Esta comisión está adscrita al Departamento de Gobernanza Pública y Autogobierno y está compuesta por cinco personas. La presidencia recae en Olatz Garamendi, consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno, a quien acompañan José María Armentia, viceconsejero de Función Pública; los vocales independientes Elisa Pérez Vera y Txetxu Ausín Díez, mientras la secretaría está desempeñada por Jon Iñaki Urbina García de Vicuña, director de la Secretaría del Gobierno y de Relaciones con el Parlamento. La función de esta comisión es, entre otras, resolver las consultas formuladas por los cargos públicos y asimilados, así como por cualquier otra instancia, en relación con la aplicación del Código Ético y de Conducta.

El pasado 3 de febrero el buzón de la comisión recibió el correo electrónico remitido por la consejera de Salud en el que elevaba a la comisión una consulta sobre si algunas actuaciones llevadas a efecto tras tener conocimiento de posibles incumplimientos de los protocolos de vacunación suponían una vulneración del Código Ético y de Conducta de los cargos del Gobierno vasco. En el escrito la consejera expuso la situación de pandemia por la que atraviesa el país, así como los protocolos y criterios de actuación para hacer frente al covid-19, tales como el Plan Biziberri II así como el diseño de cinco escenarios para habilitar nuevas camas UCI y los criterios para la vacunación de los colectivos más vulnerables. Relató asimismo los documentos que se hicieron llegar a los responsables de los centros de salud y al conjunto del personal sociosanitario de los mismos. La consejera aportó también toda la documentación sobre las actuaciones que tomó tanto con el director general del hospital de Basurto como con el director gerente de Santa Marina nada más conocer el incumplimiento.

En base a la información recibida la comisión analizó los antecedentes y actuaciones de lo ocurrido y valoró las diferentes comparecencias ofrecidas por Sagardui para aclarar dudas con respecto a lo ocurrido. De igual manera, la Comisión Ética puso en valor la celeridad con la que la consejera actuó para destituir de sus cargos a las personas que incumplieron con los protocolos establecidos y considera que la ejemplaridad y la celeridad son contundentes.