A pesar del sobresfuerzo tras todo un año al pie del cañón, los responsables de la sección sanitaria de los sindicatos admiten que la realidad que afecta a los hosteleros es compleja, con muchas aristas. Entienden que el cierre de bares y restaurantes ha supuesto un agravio para el sector, al que se ha condenado a luchar utilizando todas las herramientas que están a su alcance. Sin embargo, abogan por mantener medidas restrictivas -aunque no necesariamente consideran que tienen que dirigirse a la hostelería-, máxime ahora que la presión asistencial está en una situación límite en los hospitales.

Amaia Mayor, responsable de Satse en Bizkaia, aseguraba el miércoles que las reivindicaciones de los hosteleros son lícitas. “A la par entendemos que las medidas que se toman desde el Departamento tienen que ir encaminadas a que la salud de la población se mantenga y que nuestros compañeros, que llevan sufriendo ola tras ola, puedan trabajar en condiciones de seguridad”, apuntaba. Así, deseó que la apertura de los negocios hosteleros venga acompañada por “más restricciones, sabiendo que la hostelería no es probablemente el único espacio que ha ocasionado que la situación epidemiológica sea tan mala”. De hecho, Mayor relacionó la presión actual en los hospitales con la celebración de las navidades.

En la misma línea, Ana Vázquez, responsable de Sanidad de UGT Euskadi, expuso que “las medidas que se toman deberían ser suficientes como para que se redujeran los contagios de una forma rápida”. No obstante, no entró a valorar si para ello debería decretarse el cierre de la hostelería al considerar que carece de datos para ello. “Entiendo que la hostelería tiene un problema grave y que de esa manera se le estaba abocando al fracaso económico. Hay muchas familias que se sustentan ahí. Creo que si todo el mundo se preocupara de tomar las medidas adecuadas de protección individual, en general, nos iría mejor”, evidenció.

Mucho más vehemente fue Peio Igeregi, responsable de ELA en Osakidetza, quien entendiendo la postura de los hosteleros aseguró que “es difícilmente entendible la decisión que han tomado los jueces en la actual situación sanitaria”. A su juicio, los establecimientos hosteleros deberían recibir ayudas para que no tengan que abrir con el fin de llegar a fin de mes. “Se les ha condenado a la pobreza”, criticó Igeregi, quien considera que la interpretación del TSJPV en su auto es una “extralimitación”, mientras recordó que el Gobierno vasco no ha ofrecido las ayudas necesarias a la hostelería.