Son incómodas, dan calor, hacen que aparezcan granos y vaho en las gafas y huelen mal. Son las quejas más comunes en lo que a mascarillas se refiere y la última se repite cada vez más. Pero ¿de dónde viene el olor que percibimos pasado un tiempo después de ponernos la mascarilla? ¿Es la mascarilla lo que desprende un olor desagradable o es nuestro aliento? Las dos cosas. El mal olor que percibimos puede estar originado por dos causas: un problema de halitosis o un uso inadecuado de mascarilla, porque, si el uso es el adecuado, la mascarilla no huele mal.

LAS MASCARILLAS Y LA SALIVA

Las mascarillas están hechas de un material que al venir de fábrica no huele. Si hablamos de mascarillas fabricadas en casa, dependerá de si las hemos lavado o de donde provenga la tela, pero en general, tampoco tienen olor. El mal olor se produce, sobre todo, cuando se exceden las horas recomendadas para su uso, ya sea la mascarilla quirúrgica o la FFP2, que son las más utilizadas.

En concreto, lo que sucede es que al respirar expulsamos la saliva y otras partículas que se van concentrando en el tejido de la mascarilla, el cual se caracteriza por ser impermeable e inodoro. De hecho, esa es la misión de la propia mascarilla: retener esas gotitas para que no salgan al exterior, queden suspendidas y puedan llegar a otras personas. El problema es que cuando estas gotas se secan, puede surgir el olor desagradable.

Según explica Carmen Martín Carreras-Presas, secretaria de la Junta de Gobierno del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM), "esos restos de saliva se quedan retenidos en la mascarilla y al secarse pueden generar un olor desagradable". "Al respirar sobre la mascarilla, incluso en el caso de toser o estornudar dentro de ella [...], estos residuos de la respiración y de la saliva se quedan dentro y dejan microorganismos en los tejidos, se descomponen y acaban oliendo mal, como pasaría con la ropa o los zapatos con la transpiración", precisa.

Al fin y al cabo, independientemente del tipo de mascarilla que utilicemos, esta funciona como una barrera física que hace que la saliva permanezca en el propio material, bien cerquita de nuestra nariz.

Cuando hablamos de mascarillas quirúrgicas, que son las recomendadas para la población general, su vida útil es de 4 o 5 horas. La durabilidad de las FFP2 es mayor, de unas 24 horas y podrían volver a utilizarse hasta cinco días en periodos de 4 horas y dejándola secar al aire durante un día tras cada uso, añade. Si superamos esa indicación, se saturan y deja de filtrar y el olor fuerte se incrementa. Para evitarlo hay que darle el uso para el que están diseñadas y fabricadas.

¿MAL ALIENTO?

No obstante, ese olor fuerte también puede estar relacionado con un caso de halitosis o mal aliento, del que ahora, al utilizar mascarillas, se es más consciente. Según la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), un 30% de la población adulta padece o ha padecido halitosis en alguna ocasión

Todos hemos echado en alguna ocasión nuestro aliento sobre la palma de la mano para olerlo. Ahora la mascarilla es nuestra palma y además, tenemos la nariz atrapada dentro de ella con este aliento. Es ahí cuando saltan las alarmas al notar mal olor. Ahora mismo la mascarilla es el chivato que indica que algo no está bien en la higiene y salud dental.

¿Y a qué se debe el mal olor del aliento? Según la SEPA, la causa principal es la presencia de unos gases en el aire que exhalamos por la boca, llamados compuestos sulfurados volátiles (CSV). El 90% de los casos está relacionado con problemas de la cavidad oral, específicamente, la causa principal suele encontrarse en la lengua o en las encías.

¿Qué ocurre con el 10% restante? Esa pequeña parte suele estar relacionada con con enfermedades, por ejemplo, las personas con una diabetes mal controlada pueden tener un aliento que recuerda a manzanas podridas y, en el caso de problemas gástricos, los nitratos pueden dar un aliento característico, al igual que si se padecen problemas hepáticos o renales, o en personas que siguen dietas muy estrictas y entran en cetosis metabólica".

La cuestión y clave en este momento es que es que estas semanas, con el uso de la mascarilla, es cuando gran parte de ese 30% se da cuenta de que lo sufre halitosis.

RECOMENDACIONES

-Cambia la mascarilla por una nueva, teniendo en cuenta las instrucciones del fabricante.

-Cepíllate los dientes y las encías tras las comidas durante 2 minutos. Es importante mantener una correcta higiene bucodental.

-Evita fumar y consumir bebidas alcohólicas.

-No consumas cebolla, ajo y café, puesto que son alimentos que causan el aliento desagradable, y mantén una alimentación equilibrada.

-Bebe suficiente agua. Así previenes la aparición de sequedad en la boca.