Leticia Canales, surfista profesional que, con su hermana Loiola, disfrutaron de las olas

Dicen que los surfistas son una comunidad especial que se mueve en un hábitat que para ellos es el agua y que tienen sus propias normas. Más allá de lo que se diga lo cierto es que su pasión por ese tipo de vida lo llevan hasta las últimas consecuencia y posiblemente eso mismo les hizo ayer ser escrupulosamente cautos con los horarios, las distancias... De hecho, a las nueve y media, cuando todavía les quedaban unas olas para agotar el turno de mañana la mayoría estaba saliendo del agua.

Así, tanto las lanchas de la Ertzain-tza como de la Guardia Civil que se desplazaron para comprobar que nadie quedaba rezagado en el agua, se dieron la vuelta tras verificar que todo estaba en orden.

Eso sí, los deportistas y los que no lo son tanto madrugaron para aprovechar el tiempo estipulado después de 49 días de confinamiento. El tiempo acompañó, las olas fueron buenas y la temperatura inmejorable. Con la corriente a favor solo quedó disfrutar.

Los arenales dejaron algunas imágenes atípicas como las de las hermanas Canales que llegaron hasta la playa con sus mascarillas. Leticia Canales décima del ranking mundial, confesó que "las primeras olas que he cogido después de mi regreso al agua tras 49 días de confinamiento, acompañada de mi hermana Loiola, (también surfista), han sido una locura". "El surf es muy de sensaciones y se habían perdido. Pero me quedo con la última ola, que ha sido un giro más potente", explicó Leticia, asumiendo que lo que tiene que hacer ahora es "mañana volver al agua y día a día ir mejorando". Porque al principio las dos hermanas sintieron más peso en el agua.

Canales (1995), de todas formas, ya contaba con que esto le iba a pasar. Por eso, ayer cuando fue al agua en una de las playas de su pueblo, Sopela, tenía claro que, respecto "al nivel en el que estaba" antes del confinamiento, "era muy probable que hubiese perdido". De hecho, Canales llegó a casa ya en los primeros días de aislamiento procedente de Australia, donde quedó tercera en el prestigioso Sydney Surf Pro, una competición en la que se ganó el apodo de "la asesina silenciosa" por su manera de eliminar a las rivales en la cita que más puntos da del circuito mundial.

A Leticia esa pérdida de nivel no le preocupa en exceso porque es algo que les está pasando a "todos los deportistas". "Hemos parado nuestra actividad y se nota, pero me lo tomo con filosofía y me quedo con las últimas olas que han sido muy poco más parecidas a lo que es mi surfing, pero queda mucha por mejorar", aseguró.

Además de surferos otras personas aprovecharon este levantamiento por horas del confinamiento para pasear como fue el caso de Mirian y Borja. A las ocho de la mañana ya estaban en la playa, un poco más temprano de lo que gusta para un paseo pero sin ganas de perderse la oportunidad de este primer día. La tarde la tenía reservada para los niños.

Madrugón para pasear

Aletxu Landa bajó desde el pueblo de Sopela a la playa. El madrugón no le importó, pero le hubiera gustado poder estar, al menos, hasta las once de la mañana, máxime teniendo en cuenta la jornada de ayer. Quien no le puso ninguna pega fue María. Todos los días bajaron con su perro a pasear así que ayer recuperó esta costumbre como quien vuelve a la niñez y se encuentra en el día de Olentzero. "Si a eso le sumas la posibilidad de pasear con los pies en el agua no puede ser más maravilloso".

Otros surferos, Txaber y Kepa, aún coincidiendo en que no era el mejor día en cuanto a olas, tampoco se quisieron perder el estreno de esta temporada de desescalada.

Fueron muchos los vizcainos que ayer disfrutaron, si así se lo permitió, su distancia del domicilio de las playas. Para pasear, correr, surfear o incluso andar en bicicleta. Todos concienciados de no cometer errores como los que se pudieron ver la pasada semana cuando se comenzó a permitir a los niños salir a la calle. "Ni un paso atrás, ni para coger impulso", decía un vecino de Sopela que se acercó a la playa solo a pasear. No podemos permitirnos el lujo de saltarnos ninguna norma que nos pase factura.

Un goteo constante de surfistas llegó a las playas concienciados de respetar las normas para avanzar en la desescalada

'Runners', gente de paseo en pareja, con los perros, ciclistas... pero sin llegar a ser multitud en las playas para disfrutar del día