Osakidetza retiró las 13.000 mascarillas defectuosas enviadas por el Ministerio de Sanidad que habían sido repartidas mayoritariamente en centros sanitarios vizcainos. El director de Planificación, Ordenamiento y Evaluación Sanitaria del Gobierno vasco, Mikel Sánchez, confirmó en la rueda de prensa de ayer que fueron retiradas en su totalidad y que permanece activada una política de seguimiento y de sometimiento a pruebas a todos los profesionales que hayan estado en contacto con ellas. Osakidetza recibió unas 124.000 barreras que no cumplían con los requisitos de protección exigidos. Dichas mascarillas FFP2 fueron adquiridas por el Gobierno español al fabricante chino Garry Galaxy, y el Gobierno vasco reconoció que repartió un lote de alrededor de 13.000 entre el personal sanitario.

Sin embargo, el sindicato de enfermería Satse abundó ayer en la gravedad del problema al asegurar que ya hay contagios entre el personal sanitario vasco por el uso de las mascarillas defectuosas. Amaia Mayor, secretaria de Satse, denunció la indefensión de los profesionales de las unidades de cuidados especiales de algunos hospitales de Bizkaia y Araba. Al mismo tiempo, reconoció estar muy preocupada porque el riesgo de contagio es "muy elevado". Por ello, ahora el sindicato sanitario exige mayor protección y que se realicen, de forma inmediata, test de detección de coronavirus .

El Departamento vasco de Salud aseguró ayer que de inmediato comenzarán a identificar quiénes las utilizaron y dónde fueron utilizadas. Hay que señalar que la práctica totalidad fueron distribuidos en centros sanitarios vizcainos. "En cuanto tuvimos conocimiento de la alerta, procedimos a la identificación de las mismas y ya hemos retirado todas las mascarillas defectuosas que teníamos en el almacén", afirmaron a este periódico.

Desde el Servicio de Prevención de Osakidetza ya se han puesto en contacto con cada una de las unidades de prevención de cada centro para realizar una prueba diagnóstica a todo el personal que pudiera haber utilizado este material en la atención de paciente covid-19. Según fuentes de Osakidetza, "el objetivo es abarcar un número amplio para salvaguardar la seguridad tanto de estos profesionales como de los pacientes a tratar en un futuro".

Para evitar depender del abastecimiento externo de barreras protectoras, Euskadi se ha puesto en marcha. Y las tres máquinas que permitirán a Bexen Medical fabricar sesenta millones de mascarillas quirúrgicas en seis meses para el Ministerio de Sanidad llegaron ayer mismo a Bizkaia en un transporte del Ejército. Estas mascarillas serán del tipo quirúrgico 2R, de tres capas. Se trata de protectores de un solo uso, que sirven para no contagiar y dentro de las quirúrgicas son las de mayor seguridad, ya que ofrecen un nivel del 98% de protección.

Este producto es el empleado habitualmente en los quirófanos de los hospitales, diferente del que se emplea en los Equipos de Protección Individual (EPI), las conocidas como FFP1, FFP2 y FFP3, que son mascarillas que protegen a los usuarios frente a la inhalación de contaminantes ambientales.

Sanidad encargó a principios de marzo a Corporación Mondragon la producción masiva de mascarillas para no depender de China. El grupo vasco pasó el pedido a su cooperativa de material médico desechable. Bexen Medical, que encargó a otra del grupo, Mondragon Assambly, la fabricación de las máquinas necesarias.

Las máquinas fueron descargadas ayer en las instalaciones de otra cooperativa, Cikautxo, en Etxebarria, donde comenzará la producción en una sala blanca -un espacio con parámetros ambientales estrictamente controlados- hasta que Bexen amplíe sus instalaciones centrales de Hernani, lo que espera tener hecho para finales de año.

La empresa confía en tener montadas y revisadas las tres máquinas esta semana y poder empezar la producción para mediados o finales de la próxima semana. Para ello, la cooperativa ha invertido 1,2 millones de euros, según comentó su director, Carlos Arsuaga, presente en las descarga en Etxebarria junto al delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso.