- Hace más de un mes que se decretó el estado de alarma y Amagoia Loroño intenta llevar la situación con tranquilidad. Siente que con todo lo que está ocurriendo es una persona privilegiada porque en su alrededor no hay problemas de salud. "Mi madre de 89 años que vive conmigo está muy bien y mi objetivo es protegerla para que no le afecte este virus", confiesa.

La casa no se le cae encima.

—Para nada. Me gusta mucho y como estoy todo el día fuera ahora estoy aprovechando para disfrutar más y me marco rutinas.

Vamos, que no para.

—Hay días que se me hacen hasta cortos. Para cuando me doy cuenta ya es la hora de cenar.

¿Sale a aplaudir?

—Por supuesto. Pero no solo a los sanitarios, ¿eh? Sino a todas esas personas que están haciendo posible que las tiendas estén abiertas, a las personas de limpieza, seguridad... son muchos y merecen el aplauso.

¿Piensa en el día después?

—Es inevitable. No sabemos cómo será la vuelta, pero me temo que va a ser muy complicada para todos. Nosotros teníamos un montón de conciertos previstos y ahora...

A veces es mejor no pensar.

—Así es porque en estos momentos poco podemos hacer más que quedarnos en casa. Pasa el día y no tengo tiempo ni para aburrirme.

¿Está cogiendo fuerzas para cuando tenga que regresar?

—Sí, que falta nos va a hacer.

¿A qué dedica el tiempo?

—Hago un montón de cosas en casa. He abierto armarios y me he encontrado con cosas que ni me acordaba que estaban ahí.¿Ha llegado a los álbumes de fotos?

—Claro que he llegado y se me han removido un montón de recuerdos, de vivencias. Fotos antiguas, para algo vale este confinamiento.

¿Está preocupada?

—Más que por mí, por mi ama, porque no quiero que nadie le contagie, pero por lo demás estoy tranquila.

¿Habla con su hermano?

—Por supuesto. Antes estábamos siempre juntos y ahora no dejamos un día sin hablar. Lo cierto es que estoy aprovechando para hablar con mucha gente.

Estamos muy conectados.

—Es que nos falta el contacto con la gente, con los amigos... De la noche a la mañana las relaciones sociales se han frenado en seco.

Echa de menos la orquesta.

—¡Cómo no! Pero esto va a a pasar y regresaremos. Tengo tantas ganas de que pase.

Pero no será igual.

—Yo espero que sí, costará retomar las rutinas, pero tenemos que salir y para eso es necesario que todos y todas pongamos de nuestra parte.

¿Cómo lleva lo de picar entre horas?

—Fenomenal. Me mantengo muy bien. Ya sabes que me gusta comer muy sano. Mi dieta siempre ha sido a base de verdura y fruta.

Todo el día con el pijama puesto no se notan los kilos.

—De pijama nada. Todos los días me levanto, me ducho y me arreglo.

¿Tiene ganas de pintarse el ojo?

—La raya del ojo no, pero no se puede caer en la dejadez. Hay que estar activos, como si fuéramos a salir a trabajar

Un abrazo virtual.

—Otro muy fuerte para ti.

"He abierto armarios y me he encontrado con cosas que ni me acordaba que estaban ahí"

"Costará retomar las rutinas, pero saldremos y para eso es necesario que todos pongamos de nuestra parte"