ARIAS iniciativas sin ánimo de lucro tratan de llegar con mensajes de ánimo y voces de cariño hasta las personas que por causa del coronavirus permanecen aisladas en los hospitales sin más contacto con el exterior que el personal sanitario. Se han propuesto poner compañía donde hay soledad y ánimo, donde invade el decaimiento. Porque, al final, como decía ayer el paciente de 77 años que superó el coronavirus pese a tener varias patologías, “el ánimo es el mejor de los aliados para superar el virus”.

Eso es precisamente lo que se ha propuesto Keila, una joven bilbaina que estudió Desarrollo de Negocio e Información, al realizar una página web en la que recibe cartas destinadas a pacientes ingresados en todo el Estado. Su propuesta se suma a la iniciativa de un grupo de trabajadores del hospital de Cruces que hace una semana pusieron en marcha una dirección de correo para recibir cartas que leer a las personas que están en aislamiento debido al covid-19, que también se ha incentivado en otros centros hospitalarios.

La iniciativa de Keila tiene que ver, de alguna manera, con su propia experiencia vital. Perdió a su padre cuando el sida era un virus que arrasaba sin compasión, hasta que los medicamentos adecuados acabaron con aquella maldición. Esta pandemia, de alguna forma, le ha recordado aquella situación. Por eso, quiere aportar su granito de arena y ha puesto en marcha una página web, www.cartasquellegan.com, quiere reunir misivas para pacientes ingresados en cualquier hospital. Ya se ha puesto en contacto con otras iniciativas similares en Catalunya y Madrid con los que poder colaborar. Keila, que ahora realiza un workshopque también le ha animado en este proyecto, quiere que, dependiendo de dónde se encuentre ingresado un paciente, se pueda llegar a través de la página a web a depositar la carta. Por eso quiere dar a conocer su gesto altruista y que dé sus frutos.

Keila tiene información de que en varias residencias y en algunos centros sanitarios se facilitan tabletas para que los residentes o los enfermos puedan comunicarse, así que las cartas podrían llegar a esos dispositivos también para aquellas personas que no tienen una red social o familiar.

Mientras, la iniciativa de los trabajadores de Cruces ha recibido dos millares de cartas y muchos dibujos de niños. Precisamente algunos colegios lo han incluido como una de las tareas que deber realizar desde sus casas los alumnos, lo que ha hecho que se hayan recibido muchos arcoíris.

Laura Díez de Anta, residente de primer año de Medicina Familiar y una de las impulsoras de este proyecto, explica que la iniciativa también está en marcha en hospitales como los de Galdakao, Txagorritxu y Donostia. “En Cruces se estaban llenando las plantas y muchos enfermos solo veían a las enfermeras y personal médico protegidas como si fuéramos astronautas, así que pensé podía ser una manera de infundirles ánimo”, confiesa.

Las cartas que reciben estimulan a estos pacientes aislados y les hacen ver que no están solos. “Te estoy esperando fuera, si tú sales es una esperanza para todos”.

Después de una semana desde que se puso en marcha la iniciativa, sus organizadoras han elaborado un vídeo en el que ellas mismas leen y también introducen imágenes del exterior para que los enfermos vean cómo está la situación. “Las imágenes les dan, sobre todo, mucho ánimo. Les cuentan cómo se está viviendo esta situación fuera del hospital y los aplausos de ánimo que protagoniza la sociedad cada noche también para apoyarles a ellos”, relata Laura, quien añade que incluso han hecho vídeos en la calle para incluirlos y que los pacientes vean el exterior. De momento están contentos porque la respuesta de la ciudadanía está siendo muy buena, pero lo que verdaderamente espera ilusionada Laura es conocer cómo reciben las personas aisladas las cartas escritas por personas desinteresadas y desconocidas.

Laura y sus compañeras Sara Pérez Álvarez y Alba Monasterio Calderón no quieren perder tiempo porque son conscientes de que cada día que pasa una persona sin recibir un mensaje repercute en el estado de ánimo de los pacientes. Por eso, unieron sus fuerzas a Clara Pérez, Ivonne Charcón y Lena Giralt y todas juntas empezaron a trabajar en este generoso proyecto que no busca otra cosa que llevar un poco fuerza y a cariño a quien más lo necesita en este momento.

Tanto Laura como Keila también mostraron su deseo de ponerse en contacto para intercambiar proyectos y reforzar en la medida que puedan esta cadena de solidaridad que busca llegar a cuantas personas mejor. El mensaje es claro: “Cada paciente que deja el hospital es un mensaje de ánimo para el resto de los que todavía permanecen ingresados”.

Idea altruista. Todo vale si el fin es bueno y está claro que contra lo que no puede el coronavirus es contra la solidaridad de la población. Ya sea porque el virus no discrimina raza, género o clase social o porque su virulencia hace que casi todos tengamos un conocido afectado, la realidad es que las muestras de solidaridad crecen día a día como un ejército que protege a la sociedad contra algunos males que el covid-19 ha dejado al descubierto al abrigo de iniciativas como las de estas cartas.

La iniciativa del hospital de Cruces ha recibido ya más de 2.000 misivas de ánimo para los pacientes que permanecen aislados

A través de la página web, Keila quiere llegar a los ingresados por el covid-19 de todo el Estado y a los usuarios de residencias