El papel higiénico, los huevos y las conservas vuelven a las estanterías de los establecimientos tras varias jornadas de desconcierto que la semana pasada provocaron una afluencia masiva a los supermercados y mercados vizcainos. El estado de alarma ha pillado a gran parte de los ciudadanos con la despensa llena de víveres, por lo que estos días acuden a reponerlos de forma escalonada. "Creemos que hacia el viernes volverá a llenarse", aseguró ayer Asier Beato, presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado de La Ribera. Mientras tanto, los datáfonos se limpian con Sanytol y los carritos se pulverizan con desinfectante. Las medidas de higiene y seguridad implantadas están siendo escrupulosas para disminuir al máximo las posibilidades de contagio del coronavirus. Una de las que más llama la atención es el control del aforo en las superficies de distribución alimentaria.

Media docena de personas esperaban ayer civilizadamente a las puertas del Lidl de Zabalburu, donde los clientes mantenían entre sí el metro de distancia en la cola para entrar al interior, donde solo se permitía el acceso a cincuenta personas al mismo tiempo. Tras rebasar la puerta: limpiarse las manos con desinfectante y ponerse unos guantes de plástico, de obligado cumplimiento. A escasos metros de distancia, la estampa era similar en un Carrefour. Dos trabajadores de Prosegur velaban por que todas las medidas se respetaran en un servicio de vigilancia que se ha doblado estos días en este supermercado de Zabalburu. "Es mi primer día, habitualmente trabajo en el Decathlon de Barakaldo, pero como ha cerrado temporalmente me han reubicado", relataba uno de los vigilantes del local con un aforo para noventa personas.

Alba Díaz Suárez, gerente de dicho establecimiento, exponía ayer que "han sido días de mucho trabajo, estresantes", ya que "la gente quería llenar la despensa y no había tanto control". Por ello, señaló que han realizado contrataciones para reforzar el servicio y asegurar el suministro. Después de que se decretara el estado de alarma, indicó que los clientes acudieron de forma más responsable. "Ahora a primera hora tenemos más afluencia y después es un goteo constante, pero de una manera más controlada", explicaba. Entre las medidas implantadas: repartir guantes para evitar el contacto directo con los artículos, colocar dispensadores de gel en cuatro puntos de la tienda y pulverizar los carritos con alcohol cada cuarto de hora.

¿Y el abastecimiento? La gerente del Carrefour aseguró que está garantizado. "Solemos recibir un camión por las mañanas y estamos incluso duplicando los servicios para asegurar que tenemos de todo", explicó Díaz Suárez tras las primeras jornadas en las que han vivido una "situación excepcional". En esa línea, admitió que "hay productos de primera necesidad que se han vendido de más: como el papel higiénico, arroz, harina, pasta, conservas, huevos...". Y aunque aseguró que en momentos puntuales pueden volver a faltar, concretó que se reponen a la mayor brevedad posible.

Mientras tanto, los clientes acatan con estoicismo las indicaciones. "Me parecen bien las medidas que se están tomando, aunque no sé a dónde vamos a llegar. Ha sido todo tan de repente...", exponía Gurutze Ajuria, una pensionista del Casco Viejo, a la salida del BM de su barrio. "Desde el viernes no salía de casa", confesaba Rebeca Martínez, otra vecina, poco después: "Vivimos tres personas en una buhardilla de cuarenta metros... un poquito de aire no viene mal". Tras pasar por el Eroski de Iturribide, donde aseguró que faltaban bastantes cosas, había acudido al BM. "En la carnicería la tendera ha pedido a otra clienta que se ponga un poco más atrás. Están haciendo todo lo posible por intentar llevar a rajatabla todas las medidas", expuso esta bilbaina que tiene claro que la situación se va a alargar más de allá de quince días: "Lo que toca es ser responsables".

Servicio a domicilio En el mercado de La Ribera, donde se han dispuesto cintas en el suelo para que se respeten las distancias entre los clientes, la jornada de ayer discurrió con mucha tranquilidad. "La semana pasada hemos tenido mucha gente y pedidos muy grandes de carne, cerdo y pollo", expuso Asier Beato. "Ahora la gente tiene las neveras llenas y hasta final de semana la cosa estará más tranquila. Quizás tengamos que restringir el aforo, veremos cómo transcurre", reveló el presidente de la asociación de comerciantes, quien añadió que por el momento todos los puestos están abastecidos y Mercabilbao está funcionando con normalidad. Entre las medidas de excepción que han adoptado, además de extremar la higiene que ya de por sí es exhaustiva en los puestos, Beato apuntó que han creado un servicio a domicilio gratuito. "Ya hemos abierto las primeras peticiones", aseguró el presidente de los comerciantes, quien detalló que a pesar de que no estén abiertos por la tarde muchos estarán preparando pedidos.