BURGOS. La torre de control del aeropuerto había activado en repetidas ocasiones el protocolo de seguridad al ser advertidos por los pilotos de que se estaban produciendo varios deslumbramientos desde la misma zona durante la maniobra de aproximación, a su paso por Miranda de Ebro.

Los deslumbramientos suponen un grave riesgo para los miembros de la tripulación y la seguridad aeronáutica, ya que los pilotos son deslumbrados en un momento de máxima concentración donde un incidente de este tipo podría ocasionar un accidente, ya que el haz de luz dentro de la cabina de los pilotos puede rebotar en todos los cristales y en los aparatos de aviónica, según las mismas fuentes.

Este tipo de acciones dificulta y perjudica gravemente una de las fases críticas del vuelo, donde los aviones están más próximos al suelo, así como a otras aeronaves, aumentando la peligrosidad por la ausencia de luz natural, además de las lesiones que pueda ocasionar el láser en la visión de los pilotos con cegueras momentáneas e incluso pérdidas de visión.

Desde la Subdelegación del Gobierno se recuerda que el uso de este tipo de punteros láser está restringido a profesionales que deben de contar con autorizaciones especiales, pero en ocasiones también ha sido utilizado indebidamente y de forma negligente apuntando directamente a personas en diferentes tipos de concentraciones como espectáculos deportivos o musicales.

La Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana recoge como infracción muy grave la proyección de luz mediante cualquier tipo de dispositivo sobre pilotos o conductores de medios de transporte que puedan deslumbrarles o distraer su atención y provocar accidentes, lo que está sancionado con multas comprendidas entre 30.001euros y 600.000 euros.