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Aspanovas, 30 años de solidaridad

La Asociación de Padres y Madres de Menores con Cáncer de Bizkaia celebra su aniversario con un concierto benéfico en el Teatro Campos Elíseos

Aspanovas, 30 años de solidaridadJosé Mari Martínez

LA vida te pone pruebas, pero gracias al apoyo de Aspanovas se hace más llevadero el proceso”. Esta frase de Damián Sánchez, padre de un joven de 26 años al que con 3 le diagnosticaron un tumor de Wilms, el tipo de cáncer de riñón más frecuente en niños, la compartían también más padres y madres que acudieron ayer a la celebración del trigésimo aniversario de Aspanovas que tuvo lugar en el Teatro Campos Elíseos. Para la ocasión, se organizó un concierto benéfico al que no faltaron grandes amigos de la asociación como son el coro infantil, la orquesta Jesús Guridi de la Sociedad Coral de Bilbao y los payasos Pirritx, Porrotx y Marimotots, que animaron a los más pequeños durante el cumpleaños.

La asociación de padres y madres de niños, niñas y adolescentes con cáncer de Bizkaia, que fue fundada en 1989 y continúa, según su coordinadora, Ainhoa Fernández, “dando apoyo a los familiares y a los menores, investigando y creando programas para su mejora”, lleva desde principios de años festejando sus recién estrenados 30 años. Por ejemplo, en febrero inauguró una muestra fotográfica en la salida por Urquijo de Metro Bilbao, en la estación de Indautxu, coincidiendo con el día Internacional del Niño con Cáncer, y en septiembre llevaron a cabo unos talleres de sensibilización.

La jornada de ayer fue de lo más emotiva. Además de disfrutar de una mañana de música en familia, la asociación recaudó fondos, “con el cometido de seguir impulsando los talleres terapéuticos que la entidad lleva a cabo en la unidad de Oncología Pediátrica del Hospital Universitario de Cruces”, apuntó esperanzada Fernández.

Damián Sánchez se emocionó al hablar de su experiencia y del apoyo que Aspanovas le dio a él y a su mujer cuando su hijo tuvo que ser tratado de un tumor. “Nuestro hijo puede contarlo, sin un riñón, pero puede hacer vida normal. Eso no le ha impedido ser entrenador personal y jugar a fútbol. Fue muy difícil, pero la asociación nos ayudó mucho”, confesó. Han pasado 23 años desde que el hijo de Sánchez se recuperó y ahora, con mucho más tiempo, ayuda en todo lo que puede como voluntario en la asociación.

Lo mismo hacen Lutxi Calvo, quien llegó a ser presidenta de la asociación, y Miriam Olaeta, que con apenas siete meses tuvo que ser intervenida por un neuroblastoma. Era muy pequeña y los recuerdos son mínimos, pero lo que no olvida son las secuelas de la quimioterapia. “Me rompió el oído. No escuchaba y recibí muchas burlas por parte de mis compañeros. Acudí al logopeda y ahora soy como cualquier otra persona”, comentó. En el caso de Calvo, su hija enfermó con 13 años debido a un tumor en el cerebelo, pero “lo superó”. “Lo pasamos muy mal, aunque sabemos que los que peor lo pasan son ellos. En ese instante decidí que tenía que hacer algo más: ayudar a las familias, ir al hospital... No me arrepentiré nunca de haber empezado esta labor porque el apoyo es imprescindible”, dijo.

Los más pequeños Son muchos los que han ganado la batalla, pero otros han comenzado a luchar hace poco tiempo. Es el caso de Daniela Gutiérrez, madre de Indira, de 5 años, y Mariano Martín, padre de Aitana. Ambas han padecido leucemia linfoblástica aguda y la enfermedad les ha hecho inseparables. “Se han hecho muy amigas y aunque hay muchas cosas malas en el proceso, lo mejor es que conoces a familias que te entienden mejor que nadie”, apuntaron Gutiérrez y Martín tras llevar a sus hijas al concierto, que duró cerca de una hora. Ambos destacaron la buena e imprescindible labor que realizan todos los miembros de Aspanovas.

Los treinta pasan, pero la asociación continuará cumpliendo años siempre y cuando haya voluntarios que hagan este hecho posible. “Cuantos más seamos, mucho mejor”, concluyó Calvo.