Loiu - A falta de los datos de septiembre, mes considerado también de verano, de junio a agosto el aeropuerto gestionó 1,75 millones de usuarios, 256.000 más que en 2018. Además, por primera vez, superó los 600.000 viajeros en un solo mes, el de julio, y es seguro que al concluir el año volverá a batir el récord de 5,5 millones alcanzado el pasado curso.

Buenos datos veraniegos, ¿no?

-Ha sido un verano fantástico y septiembre ha estado en la línea de los meses anteriores, con lo que la temporada es muy buena. En lo que va de año estamos creciendo en el acumulado en torno al 9%.

¿Han cambiado las razones de años atrás para explicar este aumento?

-Bueno, la principal razón es que hay más oferta. Las aerolíneas empezaron el verano poniendo más asientos a la venta, con más frecuencias y con aviones más grandes. Las compañías arriesgan con esas apuestas y hay que ver si tienen demanda.

¿También han influido los seis nuevos destinos abiertos?

-Eso llama la atención e influyen los nuevos enlaces, pero es muy importante que las compañías que ya están aquí sigan apostando por Bilbao.

Se dice que Bilbao está de moda.

-Sí, es cierto, estamos de moda y es otra razón más de la subida. Cada vez viene más gente y seguimos siendo aeropuerto de viajeros de negocios, pero en verano hay más turistas.

¿Mueve más el ocio que el negocio?

-Hasta ahora estaba equilibrado al 50%. Las encuestas nos dicen que, por primera vez este verano, los turistas están por encima. Y destaca el turismo denominado Mice, los que vienen a pasar unos días con la familia, tras haber conocido Bilbao en un viaje de negocios o por un congreso.

¿Pero se puede morir de éxito?

-Bueno, crecer un 8, 9 o 10% cada año son cifras de récord. Es genial.

Si el año que viene o en 2021 el pasaje ‘solo’ aumenta un 5%, ¿sería un fracaso?

-Crecer nunca lo es, pero es evidente que el futuro crecimiento del aeropuerto se va a tener que suavizar.

¿Con cuántos pasajeros terminará el año ‘La Paloma’?

-Buff. Quedan aún tres meses. No me atrevo a dar una cifra pero superaremos claramente las de 2018.

¿Cuánto han influido las tres huelgas que ha sufrido el aeropuerto este año?

-No han influido en los pasajeros, afortunadamente.

Bueno, se suspendieron unos cuantos vuelos los primeros días.

-Pero fueron muy pocos. Sí es cierto que afectó al pasajero por la incertidumbre generada y el desconfort creado. Por ello pido disculpas a los pasajeros, porque no fuimos capaces de resolver un conflicto sin que llegara a afectarles.

La huelga del personal de pasarelas se prolongó mucho tiempo...

-Sí y generó un servicio deficiente.

Las salas de embarque para coger los autobuses estaban llenas.

-Es cierto. Ibas a volar y volabas, era lo importante, pero no lo hacías en las condiciones de servicio que queremos dar en este aeropuerto.

A nivel personal, ¿cómo lo pasó? Le denunciaron como directora ante el juzgado con graves acusaciones.

-Una huelga es un proceso desagradable para todo el mundo. Nosotros, como Aena, teníamos una capacidad de gestión muy limitada porque el conflicto laboral estaba en otra empresa, pero es cierto que acaba afectando y más cuanto te plantean una denuncia. De todas maneras, posteriormente se desestimó con la desconvocatoria de la huelga. Eso da idea de la poca solidez de la denuncia.

Más pasajeros necesitan más espacio y servicios. ¿El año que viene la terminal se va a quedar pequeña?

-Tenemos prevista la solución de construir un edificio técnico donde va a ir el personal de Aena, dejando libres espacios que ahora ocupamos en la terminal para ampliar la zona de llegadas y crear más zonas de embarque.

Pero ese espacio no estará disponible hasta 2022, ya que ese edificio se empezará a construir en 2020.

-No vamos a esperar. A la vez que el edificio técnico, iniciaremos las obras para ampliar de 200 a 1.000 metros cuadrados las zonas de embarque y añadir una puerta más a cada una.

¿Y los trabajadores que ahora ocupan ese espacio?

-Nos trasladaremos a unas instalaciones provisionales que se ubicarán a ambos lados de la terminal.

¿Esta medida será suficiente para asumir la cada vez mayor actividad?

-Esperamos que sí ya que el aumento de viajeros se está dando más en las horas valle que en las punta y eso equilibra las necesidades.

Sí, pero hay saturación a primera hora de la mañana en Salidas y a la tarde-noche en Llegadas.

-Es cierta esa intensidad, pero medimos el servicio que damos y un parámetro es el tiempo que tarda en pasar un pasajero por el filtro de seguridad. Es un hervidero por la mañana, pero con los recursos dispuesto los tiempos de espera no superan los diez minutos. Eso es dar un servicio de calidad.

Y a medio-largo plazo, ¿será ampliado el edificio de la terminal?

-Seguiremos haciendo lo que sea necesario para dar la suficiente capacidad y un servicio de calidad.

Según la plantilla, ese servicio no se da por falta de personal suficiente. Fue la causa de la huelga.

-La plantilla ha crecido en los últimos años un 6% cuando en el resto de Aena ha sido un 2%. Y para el futuro tenemos un plan estratégico de recursos humanos en el que se va a seguir incorporando más gente, y a corto plazo.