Madrid - Cuatro nuevos casos se han sumado en las últimas horas al número de afectados por el consumo de carne contaminada fabricada por la empresa Magrudis de Sevilla, que mantiene a 69 personas hospitalizadas en Andalucía, dos más que el viernes. De los cuatro nuevos casos, dos son abortos otro es un recién nacido con infección y el cuarto un paciente inmunodeprimido, todos en la provincia de Sevilla.

Según la información facilitada ayer por la Consejería de Salud y Familias de Andalucía, de los pacientes ingresados en los hospitales públicos y privados, 28 son embarazadas que están recibiendo el tratamiento y tres permanecen en la UCI.

Ayer se supo también que el análisis de una primera muestra de chorizo de Magrudis ha resultado negativo en listeria monocytogenes, aunque el laboratorio municipal de Sevilla está a la espera de nuevas muestras de otros lotes que permitan completar ese estudio. El laboratorio municipal concluyó ayer el análisis de esa primera muestra de chorizo de la empresa Magrudis, que comercializaba la carne mechada contaminada con listeria.

La muestra fue remitida al laboratorio por el equipo de inspectores conjunto de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla y el resultado ya se ha transmitido a la Administración autonómica. La venta de chorizo por parte de Magrudis ha sido el origen de una polémica generada entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla por la gestión del brote de listeriosis, ya que desde la administración autonómica denunciaron que no se les había informado de que esa empresa también comercializaba el producto, mientras que desde el ente municipal aseguran que sí lo hicieron.

Seguridad alimentaria Este brote de listeriosis ha colocado bajo los focos el estado de la seguridad alimentaria en España, como ya lo hicieran en el pasado el caso del aceite de colza o las vacas locas.

Las alertas alimentarias están a la orden del día -España ha notificado una veintena a la UE sólo en agosto-, aunque la mayoría no revisten demasiada importancia.

La última se produjo el pasado viernes, cuando se advirtió de un caso de toxina botulínica originado presuntamente por el consumo de una lata de atún en aceite de girasol de 900 gramos fabricado por Frinsa y vendido bajo la marca blanca de los supermercados DIA, lo que ha derivado en la retirada de todo el lote.

Pese a la preocupación que generan a nivel social este tipo de alertas, expertos y autoridades son unánimes: los niveles de seguridad son más altos que nunca y han mejorado de forma sensible en las últimas décadas, reduciendo el número de episodios y su mortalidad. Además, recuerdan que gracias precisamente a haber mejorado y protocolizado los controles también se detectan casos que antes ni siquiera se registraban.

La listeriosis, en concreto, es una infección rara, con seis casos por millón de personas en España, pero aún así esta tasa es superior a la media europea (cuatro casos por millón). “Puede haber un episodio como es el brote de listeria, pero son muy pocos los casos de intoxicación (...) Si se miran las estadísticas oficiales, los casos han ido bajando muchísimo en los últimos años”, defiende en declaraciones a Efeagro la vicepresidenta de la Sociedad Española de Seguridad Alimentaria (Sesal), Carmen Vidal.

Catedrática de Nutrición y Bromatología, Vidal incide en que los protocolos actuales a nivel europeo se basan en dar al propio fabricante la responsabilidad en seguridad, un sistema de autocontrol -que posteriormente valida la administración- que ha hecho que los casos hayan caído “en picado”. “Es la industria la principal interesada en que no haya problemas”. - Efe