BARCELONA. El 90 % del perímetro del fuego está estable, pero una parte todavía preocupa a los bomberos, que trabajan en condiciones muy difíciles de temperaturas extremas debido a una ola de calor intenso que afecta a España y otros países europeos desde mediados de esta semana y que ha causado varios muertos.

En la extinción también interviene la Unidad Militar de Emergencias del Ejército de Tierra, agentes rurales y Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF).

"Este sábado, las condiciones climatológicas siguen siendo extremas y las próximas horas volverán a ser críticas y decisivas, no sólo por este incendio, sino también para el resto de territorio", indicó el consejero catalán de Interior, Miquel Buch.

Hoy trabajan en el dispositivo de extinción unos 350 bomberos apoyados por varios vehículos y tres aeronaves.

El fuego, que comenzó el miércoles al parecer en una granja, obligó a desalojar varias fincas agrícolas y ganaderas y viviendas y mantiene cortadas varias carreteras secundarias. Los servicios de emergencias tuvieron que prestar asistencia sanitaria a 24 personas, nueve de ellas bomberos por agotamiento.

Otro incendio que empezó el viernes ha quemado ya más de 2.000 hectáreas entre las provincias de Toledo y Madrid, y 400 vecinos de la localidad madrileña de Cadalso de los Vidrios tuvieron que ser evacuados por seguridad.

En otro siniestro a las afueras de la ciudad de Toledo, el fuego sigue vivo y ha devastado 1.600 hectáreas.