Bilbao - Ciudadanos y PP reclamaron ayer una Evaluación Acceso a la Universidad (EAU) “homogéneo” para todo el Estado que garantice la igualdad de contenidos y criterios de evaluación. La formación de Albert Rivera registró esta iniciativa como proposición no de ley en el Congreso el mismo día en que el PP anunció su intención pedir una selectividad “unica”. Este movimiento se produce al calor de la recogida de 28.000 firmas para repetir el examen de Matemáticas en Valencia. Pero realmente el melón de la selectividad única lo abrió el año pasado el consejero de Educación de Castilla y León al denunciar que los exámenes en su comunidad eran más “difíciles” y que accedían a su universidad estudiantes foráneos con las notas “hinchadas”. Este año se han sumado a esta corriente otras comunidades como Galicia o Andalucía, también gobernadas por los populares.

Esta polémica trae a la actualidad la reválida única y de tipo test al final de Bachillerato impulsada por el exministro del PP José Ignacio Wert y que su sucesor, Iñigo Méndez de Vigo, tuvo que devolver al cajón porque se topó con el rechazo de la comunidad educativa y CC.AA., como Euskadi. Ni entonces (la etapa más recentralizadora de la democracia) ni ahora se han puesto sobre la mesa pruebas que demuestren que el grado de dificultad de la EAU varía de un territorio a otro. Para tranquilizar a los estudiantes que están en plena selectividad y a sus familias, la Conferencia de Rectores (CRUE) ha salido al paso de la polémica agitada por PP y Cs para asegurar que no hay ningún informe que sostenga con “datos contrastados” que haya pruebas más fáciles que otras y que es un examen que “funciona bien”. Es más, apuntaron que las diferencias de rendimiento que pueda haber entre CC.AA. se deben a otro tipo de condicionantes, como los socioeconómicos. No obstante, la CRUE estudiará “en profundidad” la cuestión para trasladar al Gobierno una propuesta que mejore “aun más, la igualdad de oportunidades que ya existe”.

La Ministra de Educación, Isabel Celaá, se ha mostrado abierta a abordar la cuestión a través de una comisión mixta formada por autonomías, universidades y Gobierno. Sin embargo, rechaza la idea de implantar una selectividad única. “Si por única entendemos exacta no”, afirmó el miércoles Celaá, para recordar que las CC.AA. son las que tienen la competencia para diseñar su selectividad. Lo que el Gobierno va a hacer, dijo, “es garantizar la equidad”. Es decir, “no una prueba exacta, pero sí con el mismo grado de dificultad”.

La apreciación de la ministra no es de matiz, sino la diferencia entre lo que los socialistas están dispuestos a estudiar y lo que PP junto a Cs pretenden, recentralizar la EAU. En cualquier caso, ya hay hechos que cuestionan el planteamiento de la derecha, tomando las notas del alumnado de Castilla y León en 2018 como prueba de la existencia de una discriminación. El caso es que Castilla y León lideró la última edición del informe PISA, mientras que su nota media en selectividad fue de 6,2. Siguiendo la misma lógica, Euskadi se situó en PISA por debajo de la media española en Ciencias y Comprensión Lectora y su nota media en selectividad fue de 7,4. Algo no cuadra, ¿o sí?

Además de motivos socioeconómicos, el fracaso escolar también podría explicar estos números ya que el informe PISA se realiza entre el alumnado de 15 años y a la selectividad llega quien aprueba el Bachillerato. Lo que ni PP ni Cs dicen es que la tasa de abandono de Castilla y León en 2018 fue del 13,9% tras descender tres puntos, mientras que la de Euskadi fue de 6,9% (-033), la más baja del Estado y muy por debajo del 15% del objetivo fijado por la UE para 2020. Populares y naranjas hablan de la dificultad del examen de Matemáticas en Valencia. Lo que no dicen es que el año pasado pasó lo mismo en Euskadi con Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales, un examen que no se repitió porque el contenido estaba dentro del temario, aunque lo suspendiese el 51% de los estudiantes.