Bilbao - El túnel de casi 6,3 kilómetros de longitud que será excavado entre Arrigorriaga y la estación soterrada de Abando para permitir la llegada del Tren de Alta Velocidad (TAV) al centro de Bilbao contará con cuatro frentes de trabajo para reducir el tiempo de las obras y ejecutarlo en 35 meses.

Así lo concreta el estudio informativo del proyecto, cuyo periodo de alegaciones ha finalizado recientemente, y que desvela, entre otros detalles, cómo se construirá la galería principal por la que discurrirán en doble vía los trenes de alta velocidad y cuál será su recorrido exacto bajo la superficie.

El camino para el paso de la doble vía arrancará con un pequeño emboquille de algo más de cien metros de falso túnel en Arrigorriaga, justo a continuación del viaducto que, procedente de Zaratamo, salva desde hace varios años la carretera BI-625 y el río Nervión.

A partir de este punto la traza, ya bajo tierra, efectúa una ligera curva y se desarrolla en paralelo a los túneles viarios de Malmasín, pero al otro lado de la ladera del monte.

El recorrido soterrado sigue recto y evita el barrio de La Peña, pasando varias veces por debajo de la autovía hasta llegar a la zona del polideportivo de El Fango, en la parte alta de Rekalde. En esta zona el tubo se curva de nuevo para discurrir por debajo de la calle Juan de Garay y enfilar hacia la entronque con la estación también soterrada de Abando.

En los últimos 500 metros del recorrido la galería será ensanchada para acoger un nuevo par de vías y sumar así tres antes de que el tráfico ferroviario acceda a los andenes para recoger y dejar viajeros. Con este trazado los ingenieros evitarán la excavación por debajo del macizo de Miribilla, una zona trufada de minas y galerías excavadas entre los siglos XIX y XX que es de alto riesgo para el proyecto constructivo.

La traza se desarrolla a buena profundidad y mantiene siempre una inclinación leve que permitirá el tráfico tanto de los trenes de pasajeros como de los de mercancías. En algunos puntos discurrirá a sesenta metros bajo la superficie, unos cuantos metros más profundos que por donde se sitúa, por ejemplo, la traza del tren de Cercanías de Renfe que llega de Orduña y tiene su estación soterrada más profunda, a 45 metros bajo el barrio de Miribilla.

De todas formas, el punto más bajo se ubicará en torno a la zona de La Peña, lo cual permitirá desaguar a través de la galería de evacuación incluida en el túnel y así evitar que posibles vertidos procedentes de trenes de mercancías lleguen a la futura estación de Abando, que también estará ubicada bajo la superficie.

El estudio informativo también detalla la estrategia constructiva que se adoptará una vez desestimada la fórmula de utilizar una gran máquina tuneladora que ejecute la excavación de forma continuada y en un solo sentido de trayectoria.

Sin opción de tuneladora La imposibilidad de contar en el área de Arrigorriaga con espacio suficiente en la zona del emboquille de la tuneladora para las instalaciones que requiere este gran aparato descarta esta opción en detrimento de la más convencional, con la que fue construido, por ejemplo, el metro. Es el denominado método de construcción austriaco que, bien utilizando voladuras cuando se encuentra con roca muy dura, bien con máquinas rozadoras en terrenos más blandos, avanza y a la vez sostiene la galería que va generando.

Sin embargo, esta fórmula es muy lenta comparada con la de la tuneladora, que consigue un avance medio de 400 a 500 metros al mes. El estudio apuesta por crear los mencionados cuatro frentes de trabajo de manera que se excave la galería principal de forma simultánea en cuatro direcciones diferentes generando en cada una de ellas una media de noventa metros al mes.

Ya están determinados los tres puntos por donde entrarán las máquinas y saldrán la tierra y las rocas que genere la excavación. El primero estará ubicado en Arrigorriaga, donde comienza el tubo a continuación del viaducto que procedente de Zaratamo salva la carretera y el río Nervión. Desde esta área las rozadoras enfilarán en dirección a Bilbao, hacia el oeste.

El segundo punto neurálgico de los trabajos estará situado a unos 2,5 kilómetros de distancia del emboquille descrito, en las cercanías del barrio bilbaino de Buia. En este punto se excavará, primero, un galería de 439 metros de longitud hasta alcanzar el punto por donde está previsto horadar el túnel principal. A partir de aquí se trabajará tanto en sentido oeste como en dirección contraria, hacia Arrigorriaga. El último punto de ataque, a la altura de La Peña, también supondrá previamente perforar otros 360 metros de galería de acceso que, una vez culminados, permitirán a las máquinas avanzar en el tubo ferroviario hasta llegar hasta las cercanías de la estación de Abando.

Con este planteamiento, a lo largo de los trabajos se generarán dos hitos que siempre destacan los especialistas que acometen este tipo de obras de estilo minero. Son los denominado cales o encuentros de los túneles que se excavan para conectarlos entre si. Un cale se producirá entre las máquinas que llegarán desde Arrigorriaga y desde la zona de Buia. El otro, cuando el frente de trabajo que parta desde este último punto alcance la galería que haya construido el equipo que partiendo de La Peña excave hacia Bilbao.

El plan prevé que los dos tramos de acceso generados para llegar a la galería principal se conviertan, una vez entre en servicio el TAV, en las galerías de emergencia por la que podrán entrar y salir tanto vehículos de bomberos y ambulancias como las personas evacuadas, en caso de que ocurra algún incidente que requiera el dispositivo de auxilio.