BILBAO. La Consejería de Salud ha trasladado esta información al resto de instituciones competentes, de cara al mantenimiento de las medidas de seguridad y prevención adoptadas nada más detectarse los casos, y también al seguimiento y vigilancia de la evolución de este episodio.El inicio de los síntomas de todos ellos se sitúa en el mes de enero, entre los días 7 y 29. Se trata de dos mujeres y tres hombres con edades comprendidas entre los 30 y 84 años.

Los cinco han precisado de ingreso, aunque a día de hoy solo tres de los casos permanecen hospitalizados y evolucionan de forma favorable. Todos los casos, salvo uno, presentan factores de riesgo, es decir, son personas fumadoras, de edad avanzada, tienen alguna enfermedad pulmonar crónica o presenta obesidad, según ha explicado Salud.

La Dirección de Salud Pública ha procedido a realizar la encuesta epidemiológica de todos los casos y ha trasladado la información a Sanidad Ambiental de la Subdirección de Salud Pública al servicio de Salud Pública del Ayuntamiento de Gasteiz para que ponga en marcha la investigación ambiental que trate de determinar el foco. La encuesta ha revelado que los domicilios de tres de los casos están relativamente próximos.

En los últimos días se ha procedido a analizar los sistemas de refrigeración de algunos edificios y establecimientos, así como fuentes ornamentales localizadas en la zona donde se sospecha que pueda estar el origen de esta infección, y se ha solicitado documentación referente a tratamientos de limpieza y desinfección.

Por el momento, todos los resultados obtenidos han dado negativo, pero a la espera de que la investigación concluya, se mantendrá activado el protocolo de actuación durante los próximos días.

UN TOTAL DE 118 CASOS EN EUSKADI 2018

Durante el año 2018, en Euskadi se confirmaron un total de 118 casos de personas afectadas por esta bacteria, lo que representa una tasa de incidencia de 5 por 100.000 habitantes. Por territorios históricos, en Araba se registraron 18 casos, 54 en Gipuzkoa y 46 en Bizkaia.

La legionelosis está causada por la bacteria llamada Legionella, que se encuentra en el medio natural, en la mayoría de las ocasiones en el agua de los ríos y lagos. Es capaz de sobrevivir a un amplio rango de condiciones físico-químicas hasta llegar a los sistemas de abastecimiento de agua de las ciudades, y se multiplica en función de la temperatura de la misma.

Por ello, los sistemas de agua caliente, como duchas, o las torres de enfriamientos de los sistemas de aire acondicionado, son los lugares propicios más que se desarrolle esta bacteria, que no se transmite de persona a persona, sino por vía aérea mediante la inhalación de aerosoles contaminados con la bacteria.

En cuanto a los síntomas de la enfermedad, éstos pueden darse de dos formas distintas. Así, la llamada enfermedad del legionario es la forma más grave de la infección e incluye neumonía, mientras que la fiebre de Pontiac, similar a un síndrome gripal, no pone en peligro la vida del paciente.

El periodo de incubación oscila entre los 2 y los 10 días, aunque en algunos brotes se han descrito casos con periodos de incubación de hasta 14 días. En los casos de fiebre Pontiac el periodo de incubación es de 5 a 66 horas. La legionelosis tiene un tratamiento eficaz mediante la administración de antibióticos, pero si los casos son graves puede requerir soporte avanzado en el hospital.