Bilbao - Los sindicatos del sector de la enseñanza se presentaron ayer sin fisuras en su estrategia. Ninguno se descuelga de las reclamaciones a la patronal de los centros de iniciativa social. De hecho, la cita de ayer, que se prolongó casi cuatro horas, de las delegaciones de ELA, Steilas, CC.OO., LAB y UGT sirvió para revelar un recrudecimiento del calendario de acciones con el que buscan socializar un conflicto laboral que se prolonga en el tiempo y suma, desde el pasado curso académico, 17 jornadas de clase perdidas. Esta vez anuncian otras diez, intercaladas entre marzo, abril y mayo.

El órdago lanzado por las centrales sindicales, como era de esperar, no gusta a Fecapp, la plataforma que agrupa a las AMPA de los colegios afectados. Su presidenta, Myriam González, insistía en la incertidumbre que envuelve a las familias con hijos matriculados en alguno de los 215 colegios de la CAV integrados en la red de Centros de Iniciativa Social. En total, más de 100.000 alumnos y una plantilla aproximada de 9.000 personas. Estos centros representan el 70% de la enseñanza concertada vasca y no incluyen a las ikastolas.

Precisamente desde la Fecapp se quejaban de que este inagotable desencuentro entre las partes pueda poner en peligro el futuro académico del alumnado matriculado en Segundo de Bachillerato, puerta de acceso a los ciclos formativos de grado superior o a los estudios universitarios. “Van a quedar marcados para toda la vida como la generación que perdió el 20% de sus 152 jornadas lectivas por la falta de acuerdo en la mesa de negociación del convenio laboral”, ilustraban desde la Fecapp.

A pesar de entender y compartir el malestar y la preocupación de las familias, los sindicatos mantienen el pulso. Miren Zubizarreta (ELA) habló ayer en nombre del conjunto de la parte social y volcaba la carga de la prueba en la parte empresarial. Y también en el Gobierno vasco. En opinión de las centrales sindicales, ni unos ni otros han movido pieza. La patronal Kristau Eskola, recordó Zubizarreta, convocó reuniones bilaterales con cada sindicato. “Sin embargo, en estas reuniones ha seguido sin proponer contenidos serios que respondan a nuestras peticiones, lo que evidencia que el único objeto de las mismas ha sido intentar crear fricciones entre los sindicatos. El Gobierno vasco tampoco está actuando con la responsabilidad que le corresponde en este conflicto. Ha encaminado todas sus acciones a justificar su inacción y evitar implicarse realmente en la resolución del conflicto”, describió Zubizarreta.

“Pactar no es traicionar” La lectura que hacen las familias es totalmente distinta. Entienden que lanzar la pelota de un tejado a otro es una irresponsabilidad. “Es como no decir nada” apuntaron desde la Fecapp, al tiempo que volvían a demandar diálogo productivo, rentable para todos. “Acordar y pactar no es traicionar. Es muestra de inteligencia”, acentuaban. Se mostraron muy críticos, eso sí, con el fondo de un conflicto laboral “que en los últimos meses está desgarrando la enseñanza concertada”, describían.

Y es que, en opinión de la Federación que agrupa a las AMPA de los centros de enseñanza de iniciativa social, la responsabilidad es sinónimo de aceptar las consecuencias de los actos efectuados en virtud de intereses legítimos pero que no dejan de ser particulares. Nada justifica la pérdida del curso escolar. Ni siquiera tomar decisiones que lo pongan en el mínimo riesgo. No hay nada que decir. Nada justifica la pérdida de más horas lectivas”, zanjaron desde la Fecapp.

Con todo, los mismos sindicatos que han decidido “intensificar” sus protestas -como dijo Zubizarreta- y convocar más jornadas de huelga, siguen abiertos a buscar puntos de encuentro. “Tenemos voluntad para llegar a acuerdos y estamos dispuestos a empezar una negociación seria, pero no para volver a la misma situación que hizo que nos levantásemos de la mesa” en noviembre de 2017.