SI hubiese que poner una nota a la antigua al Sistema Universitario Vasco (SUV) se podría decir que este avanza adecuadamente, pero sin tirar cohetes. En cambio el Gobierno vasco prefiere describir el escenario así, “sin incertidumbres” e “ilusionante”. Y es que desde el punto de vista de las amenazas detectadas, como el envejecimiento del personal y los problemas para sus sustitución o el aislamiento que dificulta la participación en el mundo científico de primer orden, “tienen una incidencia tan previsible y cuenta con alternativas tan contadas” que no ofrecen ningún motivo para retrasar las líneas estratégicas de la hoja de ruta diseñada hasta 2022. Y en el plano de las oportunidades, como la formación orientada a la empleabilidad, la creación del polos de conocimiento o las relaciones universidad-empresa, son líneas en las que las tres universidades ya están trabajando.

Según la evaluación intermedia del plan aún vigente, un 67% de los objetivos fijados por el Gobierno vasco ya se habían alcanzado en 2016 y un 19% avanzaba a ritmo adecuado, por lo que la idea es superar el 85% cuando finalice el mismo. Este análisis refleja que el posicionamiento de las universidades vascas ha mejorado frente a la UE-28 en los ámbitos de formación y producción científica. Por ejemplo, en 2016 se publicaron 2.776 artículos en revistas científicas (un 8,9% más) frente a los 2.009 de media en la UE. También crecieron más de un 10% las publicaciones más citadas, frente a un retroceso del 3,7%. Es decir, se investiga más y mejor. Además, por primera vez la atracción de estudiantes internacionales sitúa a Euskadi por encima de la media europea.

Aspectos a mejorar Uno de los puntos fuertes del sistema es el empleo encajado de los titulados, si bien se han recortado las diferencias con la UE-28. Con una tasa de inserción laboral del 83% en trabajos relacionados con los estudios, Euskadi se mantiene en valores cercanos a países y regiones punteros. Entre las fortalezas del sistema también destacan el nivel de rendimiento y éxito del alumnado, con tasas de abandono y graduación del 16% y el 57%, respectivamente. Los últimos años también ha crecido el número de doctores y grupos de investigación de excelencia hasta alcanzar los 201. Entre las metas que el Gobierno vasco ha planteado es aumentar en veinte puntos el número de alumnas en titulaciones de ciencias e ingenierías ya que su presencia en estas carreras es del 32%.

En el otro lado de la moneda está el escaso peso que las universidades tienen en la ejecución de I+D respecto al conjunto de los agentes de la Red Vasca de Ciencia y Tecnología. A pesar de que los últimos tiempos ha crecido la actividad investigadora, el gasto en I+D ejecutado por las universidades vascas ha retrocedido 3 puntos y se sitúa en el 0,34% del gasto total en I+D de Euskadi. La conexión con el entorno y la sociedad también es mejorable así como la capacidad de transferencia y la subrepresentación de las mujeres en los cargos de responsabilidad y en las posiciones de mayor status académico.