la maternidad es una de las fases más importantes de la vida de una mujer y de su pareja. Y en esta, así como durante otras etapas vitales, la erótica tiene una manifestación propia y especial. Precisamente, Celia Navarro, sexóloga, matrona y colaboradora en el centro sexológico aragonés Amaltea, abordó estas peculiaridades en su conferencia Maternidad, pareja y sexualidad, dentro del marco del XIII Congreso Español de Sexología y VII Encuentro Iberoamericano de Profesionales de Sexología que se celebró este fin de semana (del 15 al 17 de diciembre) en Madrid.

“La llegada de un hijo es una experiencia física, emocional, espiritual y social”, comenta Navarro. Sin embargo, los ajustes a realizar pueden resultar “abrumadores”, asegura. Tanto que el posparto resulta uno de los momentos que más tensión y ansiedad generan en el seno de la pareja, según la sexóloga. Después de todo, cambian la rutina, los roles familiares y la vida en sí misma. “Y la erótica, como tal, también sufrirá modificaciones con la llegada de un hijo”.

Los factores que afectan a la sexualidad y la erótica de la mujer durante el posparto son tanto de carácter químico como físico, psicológico y social. En cuanto al aspecto químico, entrarían en juego hormonas como el estrógeno, la progesterona, la prolactina y la oxitocina. “A nivel físico, la mujer tiene un cuerpo muy diferente al que tenía previamente al embarazo y quizás esto no se lo habían advertido”. Estrías, cicatrices, dilatación de la vulva, etc. En el plano psicológico habría que destacar que la autopercepción de las mujeres -la percepción de sí mismas- también cambia. Y respecto al ámbito social, surgen nuevos roles familiares y aparece el omnipresente mandato social de “buena madre”. “De repente estás en el punto de mira de mucha gente y parece que todos están esperando a que metas la pata para decir que no lo estás haciendo bien”.

Tradicionalmente se pensaba que los factores físicos eran los que más influencia tenían en la erótica posparto de la mujer, y siguen siendo los únicos que se estudian en las facultades de medicina en la actualidad. Así pues, a menor número de hijos y complicaciones posparto mejor erótica. A mayor integridad del periné, mejor vivencia de la sexualidad. La lactancia materna también incide, pues esta reduce la lubricación de las mujeres, aunque aumenta la satisfacción con la pareja. “El tipo de parto y cumplimiento de las expectativas son importantes; de ahí la necesidad de que los partos sean vaginales y humanizados”, destaca Navarro. Y por supuesto, el tiempo transcurrido desde el parto ayuda a que vayan cicatrizando las heridas y así vivir una mejor erótica.

De lo físico a los psíquico “Sin embargo, contrariamente a lo que se suele pensar, estos no son los factores que más inciden”, asegura Navarro. Según su tesis doctoral, Vivencia de la sexualidad al inicio de la maternidad, tienen más pesos aquellos de carácter psicológico y relacional. El principal sería la autopercepción o cómo la mujer se percibe a sí misma. “Si esta es positiva, vemos que tiene mayor deseo, excitación, satisfacción y lubricación, más facilidad para alcanzar el orgasmo y menor dolor; y viceversa”. Asimismo, esto está ligado a cómo la mujer cree que le ve su pareja. “Si yo no me veo bien y además pienso que mi pareja me ve horrorosa, es muy difícil que quiera mantener una intimidad con ella”.

Casi tan importante como la autopercepción es la relación de pareja, pues cuanto mejor vaya la relación mejor se vivirá la erótica. “No es lo mismo que una relación se fortalezca con la crianza que por lo tanto se deteriore”, aclara la sexóloga. Y aquí habría que destacar que ellos también se convierten en padres, con lo que ello conlleva: pasar a un segundo plano, nuevos temores, inseguridades, cambios a nivel de pareja, etc. De ahí que haya que trabajar mucho la comunicación y expresar las emociones, sentimientos y necesidades de afecto.

“Las mujeres que tienen una autopercepción positiva y que se sienten apoyadas, satisfechas con su vida y con niveles bajos de estrés tienen un muy buen pronóstico para su sexualidad”, recalca Navarro. Incluso si los factores físicos son malos. Por el contrario, si sienten frustración -aunque físicamente esté todo correcto- les resultará más complicado recuperar su erótica. Por ello, insiste en la importancia de trabajar la comunicación, las inseguridades, los conflictos no resueltos, etc., previamente al parto. “Y más cuando durante el posparto sale esa mochila de frustraciones que vamos arrastrando a lo largo de nuestra vida”, recuerda.

Con el fin de mejorar la erótica de las parejas tras el parto, a nivel sanitario Navarro reivindica una mayor formación y actualización, la creación de programas educativos para parejas previos a la crianza, incluir la erótica en la educación sanitaria y una mayor investigación sobre asuntos relacionados con la sexualidad durante el posparto, entre otros.

En cuanto a consejos para las parejas, Navarro destaca trabajar la comunicación. “Muchos problemas de pareja se dan por fallos en la comunicación y más en momentos de estrés”. Por eso mismo, considera primordial desarrollar buenos mecanismos de comunicación previamente al periodo posparto. “Es importantísimo que sea antes del parto, porque después vamos en lo que llamo ‘modo supervivencia’: haces lo que puedes cada día y bastante tienes con salir adelante”. Además, estar al corriente de toda esta información también es fundamental para elaborar expectativas “más realistas” y poder prever ciertos cambios, necesidades y situaciones.

Abrazos, besos y caricias En cuanto a la erótica, Navarro indica que las prácticas no coitales pueden resultar un acercamiento adecuado a la pareja, más aún cuando ha habido problemas físicos que impiden la penetración vaginal o si la mujer se siente emocionalmente agotada. “Y sobre todo, no nos olvidemos de los abrazos, los besos y las caricias”. Para esta sexóloga, la necesidad de contacto físico y de muestras de amor son esenciales para que la madre se sienta segura y confiada. “Para ella serán mucho más placenteras unas caricias, unos abrazos o dormir simplemente abrazados en pareja y pasar a otras prácticas más explícitas sin ninguna exigencia y, sobre todo, motivada por el deseo”.

Una época feliz. Incluso “la más feliz de vuestras vidas”. Así es como mucha gente describe la maternidad y el periodo posparto, siempre con el punto de mira puesto en volver al estado previo al embarazo. “Sin embargo, habría que informar que no todo es tan bonito como parece ni que se vaya a poder volver a ese estado previo”, comenta Navarro. Para ella, tras el parto comienza una nueva etapa, diferente, con cambios que hay que ir asimilando. Y esto pasa por quitar valor al cuerpo y dárselo a lo que se ha hecho en la vida. “Hay que dejar de entender las estrías como algo negativo y verlas como algo de lo que estar orgullosas, pues son la huella de la tigresa en la que te convertiste para proteger una vida durante nueve meses”.