ARRIGORRIAGA- Es presidente de la asociación SOS Desaparecidos. Pero Joaquín Amills es, además, padre de una persona que se encuentra en paradero desconocido desde 2008. Ayer insistió durante su ponencia en la importancia de sentirse arropado por parte de la sociedad, pero también de las instituciones. Personalmente, Amills cree que queda mucho trabajo por hacer. Un trabajo que debe ir de la mano de las asociaciones, que son el motor principal en la problemática de las personas desaparecidas.

¿Cual es el momento más duro para una familia en el proceso de la desaparición de un ser querido?

-Son fases. Los primeros momentos son de incredulidad, de incertidumbre, pero te ves arropado por muchísima gente. Luego comienza la fase en la que la gente ya hace su vida, empiezan las frustraciones, te das cuenta de que hay muchas mentiras, de que el tiempo se alarga. Al final llegas a la conclusión de que necesitas saber la verdad, te vuelves un defensor de la verdad. Cuando ves que es manipulada y manoseada, es una sensación muy dura.

Cuando no llegan las respuestas, ¿hay momentos en los que dan ganas de tirar la toalla?

-De abandonar nunca. Son desaparecidos cuando dejamos de buscarlos. Mientras sigues en la lucha la persona está ahí. Hay días muy difíciles en los que estás muy bajo, en los que no tienes fuerzas para continuar, pero no queda otro remedio que seguir luchando por ellos.

¿Cuál es la mejor manera de ayudar a las familias de los desaparecidos desde los diferentes ámbitos o instituciones?

-Lo primero es algo tan sencillo como solidarizarse. Desde la lejanía difundir las alertas que se ponen, difundirlas mediante las redes sociales para que lleguen a todos los rincones. También es importante la presencia física en las búsquedas que se organizan o la colaboración con entidades que se encargan de dicha búsqueda. Desde las instituciones vendría bien más compromiso y acciones reales y concretas.

Pablo Egiluz hablaba en su ponencia sobre la importancia de la presión social.

-Sí, es muy importante. De esa presión social hay que pasar a los organismos más cercanos al pueblo, que son los Ayuntamientos. Pero no los tres días de búsqueda, eso es muy sencillo. A mí no me vale salir en la foto. Me parece vergonzoso que corporaciones municipales no se pongan de acuerdo, que primen las siglas políticas antes que el factor humano. Es fundamental el trabajo de la administración local.

Entonces, ¿qué aspectos legales, jurídicos e institucionales habría que mejorar en su opinión?

-Muchos. Lo primero es que debe interpretarse que la familia de un desaparecido es víctima, no solo cuando se sabe que hay violencia. Luego se deben eliminar los costos, hemos pedido ya la gratuidad de la declaración de ausencia y fallecimiento. Otro elemento muy negativo es la falta de comunicación y colaboración entre distintos cuerpos policiales y el aparato judicial, algo que ralentiza mucho ese progreso.

Es decir, no es sencillo dar los pasos necesarios para buscar la ayuda de todos los actores implicados.

-Ni mucho menos. En mi opinión hay que poner las cosas más fáciles a las víctimas. Falta concienciación, desde las asociaciones se está haciendo mucha labor, sobre todo en guiar a las familias. Además depende mucho en qué parte del Estado estés. Euskadi está dando pasos importantes, se está implicando, hay políticos que están avanzando en esta problemática.

¿Qué pasos, en relación a la búsqueda y al apoyo son los más importantes?

-Lo primero es la denuncia y después ponerse en contacto con alguna asociación. Ahí se va a sentir arropado y va a conocer sus derechos para seguir peleando. A partir de ahí hay que coger toda la ayuda que puedan, sentir que se hace algo.

En su caso particular, ¿se han sentido amparados?

-En mi caso, desde ninguna institución. Te sientes amparado por los policías que trabajan en el caso y que lloran contigo. En el siguiente eslabón ya te has perdido. Fíjese que hay momentos en los que crees que estás estorbando, que hay sitios en los que ni siquiera van a escucharte.

Esas barreras de las que habla, ¿qué sentimientos le han creado?

-Yo lo defino como un duelo que además no se ha cerrado. Por la falta de tu ser querido, por la incertidumbre y además por esas trabas. Sin la verdad el duelo no termina, el cierre emocional no llega hasta que sabes la verdad, sea cual sea.

Una vez pasan los años y flaquean las fuerzas, ¿buscas la verdad por encima del resto de pensamientos?

-Fíjese, cuando apareció Hodei, llamé a su padre y le comenté que quizás era difícil de entender, pero le aseguré que sentía envidia. Muchas familias ya sabemos que nuestros hijos están muertos, pero buscas la verdad, cerrar ese duelo y comenzar la lucha por saber el cómo, quién...