Bilbao - Víctor Torres es colombiano y lleva catorce años en Euskadi. Confiesa que se ha hecho el firme propósito de aprender euskera porque el euskera “le pone”, porque lo hablan sus hijos y, sobe todo, porque es la lengua propia del lugar en el que vive y la percibe como una herramienta de integración. “Hoy estamos en un contexto en el que no tenemos excusa para no hablar euskera, en la calle, en el monte, en el trabajo, en el bar... nadie nos limita y ni siquiera yo tengo excusa”, asegura en nombre del colectivo Emigrad@s sin Fronteras.
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